La diablada pillareña tradición rescatada desde Marcos
Espinel y Tunguipamba en la cual los lugareños se vestían de diablos para
evitar que los visitantes enamoren a sus hijas o hermanas de sus poblaciones,
se habla también de otros orígenes de esta fiesta Patrimonio cultural
intangible pero esta es las mas aceptada.
Un recuento grafico de los que para unos es un culto pagano,
asumido así esta vez por el alcalde y la cura del cantón que no permitieron
como es tradición que la diablada transite por frente a la iglesia y alrededor del
parque; y para otros una de las expresiones de la interculturalidad de nuestro
país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario