lunes, 21 de enero de 2013

La Revolución Ciudadana al servicio de los empresarios



Por Nelson Erazo

Para nadie es desconocido que el presidente Correa  pretende hacernos creer que con su revolución ciudadana todos somos iguales. De acuerdo con los mediocres ideólogos de la meritocracia, los problemas de la sociedad son por falta de oportunidades y que se resolverán en base a los méritos individuales, limitando así el derecho al buen vivir establecido en la Constitución. En efecto, esta aseveración del gobierno choca con la realidad,  los hechos demuestran que esta situación por la que atravesamos los trabajadores es producto de las divergencias de clase, entre trabajadores y empresarios,  ricos y pobres, entre los que vendemos nuestra fuerza de trabajo a cambio de una remuneración y los dueños de los medios de producción, entre capital y trabajo.

Esta es la realidad  de la mayoría de ecuatorianos, no nos tragamos el cuento gobiernista de que “la revolución está en  marcha” o que la revolución “ya es de todos” y que por lo tanto todos los ciudadanos somos iguales, mensaje utilizado por Correa para combatir y eliminar los derechos colectivos de la clase obrera y los pueblos, que es la única forma de evitar que se cumplan de manera plena los derechos individuales.

Para la revolución ciudadana es factible que los empresarios y los trabajadores podamos vivir en armonía, postulado sin lógica que lo manifestó  el 15-1-1012. “Básicamente estamos haciendo mejor las cosas con el mismo modelo de acumulación, antes que cambiarlo, porque no es nuestro deseo perjudicar a los ricos, pero sí es nuestra intención tener una sociedad más justa y equitativa” dijo. Esta concepción de las cosas por parte de un régimen populista, demagogo y de derecha como el de  Correa explica su accionar anti obrero, propatronal, que afirma y defiende los privilegios que otorga el sistema capitalista a la clase dominante, y la estrategia de  persecución a la clase obrera a la que le niega la posibilidad de alcanzar las condiciones de vivir dignamente, cubriendo  salud, vivienda, educación, alimentación, entre otras necesidades.

Estos aspectos explican las jugosas ganancias de los empresarios, de los industriales, así como las grandes utilidades de los banqueros, que no son casualidad sino el resultado de la colaboración incondicional y de las coincidencias plenas de este gobierno con el empleador,  con los empresarios, es decir con los ricos.

Esta política anti obrera se manifiesta también en los actos de restricción y de discriminación que se presentan al día en el Ministerio de Relaciones Laborales (MRL)dirigido por el Dr. Francisco Vacas, actos que incrementan la cadena de corrupción que arrastra el gobierno del mal llamado ¨ Socialismo del Siglo XXI¨, que pierde aceleradamente la credibilidad y por lo tanto el respaldo de los trabajadores y organizaciones sociales que han visto como se ha deteriorado y derechizado este régimen que abandonó los postulados de cambio. Ya que para todos los que se han acercado al MRL es conocido que en este gobierno, como en los anteriores, no se manejan los conflictos en derecho y peor que en caso de duda las cosas favorezcan al más débil de la relación laboral, el trabajador.

Para los trabajadores y en particular para el sindicalismo clasista, la corrupción es consustancial a la burguesía y la patronal, a los gobiernos de derecha, pues sus fortunas las han acumulado de manera fraudulenta e ilegal por decir lo menos, ya que las mismas han sido arrebatadas con argucias, utilizando leyes elaboradas por sus representantes y sus gobiernos, donde encaja de manera perfecta el correísmo;  negándonos lo que en verdad nos pertenece, pues somos los trabajadores los que generamos y producimos la riqueza.

El rostro anti obrero del Correísmo.
Los trabajadores luchamos  por la defensa de los derechos laborales y su cumplimieto: Estabilidad, Salarios Justos, Organización Sindical, Contratación Colectiva, Seguridad Social, principios establecidos en el derecho social y  en normas internacionales del trabajo  contempladas dentro del Pleno Empleo (cuando más del 70% de la PEA no tiene acceso al empleo). La clase obrera no se ha movilizado solo por sus derechos, somos los protagonistas de la lucha contra las privatizaciones de las áreas estratégicas, por la defensa de la soberanía, el alto costo de vida, contra la tercerización; aspectos que fueron plasmados en la actual Constitución, con la movilización de los trabajadores y sectores sociales, y que hoy son negados por el gobierno populista de Correa en base al autoritarismo, prepotencia y persecución a los luchadores sociales.

Distintos mecanismos ha utilizado el correísmo para afectar los derechos laborales y  conquistas sindicales: entre ellos los decretos ejecutivos, acuerdos ministeriales y leyes anti obreras aprobadas por la mayoría de asambleístas, que pertenecen a su camada, sus aliados incondicionales los socialistas verdes, el oportunismo donde está a la cabeza la asambleísta Silvia Salgado de mala recordación para los trabajadores pues con su voto impidió el juicio político al ex Ministro Richard Espinosa impulsor de la debacle laboral, lo cual se suma a la posición del PSC, Madera de Guerrero, PRIAN, PSP,  entre otros, que siempre han afectado a los trabajadores.

LA POLÍTICA LABORAL DE LA REVOLUCIÓN CIUDADANA.

Con Correa, el imperialismo y la burguesía sostienen las viejas prácticas de explotación capitalista, cumpliendo incluso de mejor manera las órdenes de los monopolios y las transnacionales de recortar las libertades públicas y los derechos sociales como se propusieron hacerlo en su momento las dictaduras y los demás gobiernos burgueses.    Así continúa socavando, cercenando y restringiendo los derechos sindicales de organización, reclamo y huelga, partes esenciales de la contratación colectiva; por lo tanto los cambios proclamados por este gobierno son un atentado para los trabajadores.

La organización Sindical y la Contratación Colectiva en este gobierno.-
La revisión de los Contratos Colectivos de manera unilateral y el Decreto Ejecutivo 1701 eliminaron de manera indiscriminada artículos de la contratación colectiva  como los subsidios familiar y de antigüedad de un dólar, bono navideño y por el día del trabajo de cinco y diez dólares respectivamente, entre otros, siendo una expresión de la limitación en la progresividad de la Contratación Colectiva y del derecho laboral.

El Decreto 1701 también sirvió para limitar el acceso a la Organización Sindical, se establece que solo los obreros u obreras están sujetos al Código del Trabajo, reduciendo drásticamente la sindicalización en nuestro país, abriendo así la puerta para despedir a quienes no tienen la protección de la Organización Sindical. Sin embargo, la movilización de los trabajadores principalmente de los municipios, consejos provinciales, salud, eléctricos, petroleros, en donde la UGTE y algunas Centrales del FUT jugamos un papel importante, obligó al gobierno nacional a restituir algunos beneficios,  aspectos que siendo positivos todavía tienen limites.

Política de Despidos Masivos.-
La Estabilidad Laboral ha sido uno de los principales elementos atacados por un régimen  prepotente y anti obrero como el de Correa, basta ubicar que desde el 2008 hasta fines de septiembre del 2011 han sido despedidos más de 60000 trabajadores públicos para lo cual elaboraron la Ley Orgánica de Servicio Público, creando el marco jurídico para despedir a los trabajadores Petroleros, Eléctricos, Tele Comunicaciones, Salud, de cementos Guapán y Chimborazo, IESS, CENAGUA, y de los distintos ministerios, bajo la figura de supresión de partidas o con  las mal llamadas evaluaciones, las compras de renuncia y así deshacerse de los trabajadores que no comparten con este régimen, y en el  afán de poner gente de su confianza que les asegure su proyecto desarrollista y reformista, para afirmar su base social controlando la dirección de las organizaciones sindicales para desmovilizar a las masas.

Sin embargo, como estas leyes no garantizaban el despido en el número que se requería, se vio obligado a  elaborar el Decreto  Inconstitucional 813, que establece la Compra de Renuncias Obligatoria, persiguiendo así a quienes resisten a su política anti obrera y pro patronal; como ocurrio con Kleber Alvarado, Ulbio Torres,  María Palma, Bolívar Merchán, Harry Sánchez, Wilson Albarracín, entre otros dirigentes; sin lugar a dudas este decreto es el más maquiavélico por su naturaleza y la concepción de clase, y posibilitó desde septiembre del 2011 hasta lo que va del 2012  despedir a más de 12.000 trabajadores entre el Código del Trabajo y la LOSEP, siendo el único país  donde se legaliza el despido de los trabajadores como política de Estado. Mientras en Venezuela, por ejemplo, se establece en el Código del Trabajo la inamovilidad de los trabajadores de sus puestos, es decir se garantiza y principaliza la estabilidad laboral, acá Correa legaliza el despido como un derecho de los empleadores, concepto que fue esgrimido por el asesor jurídico de la presidencia Alexis Mera y el ex Ministro de Relaciones Laborales Richard Espinosa, argumento que sirvió para que la Corte Constitucional guarde absoluto silencio frente a las demandas de Inconstitucionalidad presentadas por las Centrales Sindicales, la FEDESEP y el MPD. Este mismo hecho ha servido para que miles de obreros sean despedidos en el sector privado, como en el caso de BOTAR, trabajadores de los Casinos, Universidades privadas que fueron cerradas, ERCO, Acromax, etc casos en los que el MRL se ha dedicado a cumplir el papel de liquidador de los trabajadores y no de defensor de la Estabilidad Laboral.

La Política Salarial en tiempos de la Revolución Ciudadana.-
En la política laboral del régimen correísta está explícito su carácter de clase, de defensor del capitalismo, pues utilizando su discurso  populista asegura las cuantiosas ganancias de los empresarios, industriales, banqueros, en general de la burguesía.

Aplicando los mismos mecanismos de la larga noche neoliberal, imposibilita el incremento general de sueldos y salarios de los trabajadores, ya que se ha ratificado al CONADES como el organismo para discutir los salarios, mismo que tiene la capacidad  de fijar solo los mínimos que se deben pagar, garantizando en el Socialismo del Siglo XXI  la contratación de mano de obra barata, la sobreexplotación y las ganancias de la burguesía.

La elaboración del  Código de la Producción, que  establece el “salario digno”, ha cristalizado  el sueño de los empresarios que durante décadas venían insistiendo en la mensualización del décimotercer y décimocuarto sueldo, los fondos de reserva y de los rubros de la contratación colectiva, como parte del salario mensual de los trabajadores, a la vez que retorna a la precarización laboral con el trabajo discontinuo, que imposibilita la estabilidad, el derecho a organización y el acceso a la contratación colectiva y todos los beneficios de la seguridad social.

En el sector público se han congelado los sueldos y salarios de la mayoría de trabajadores con los Acuerdos Ministeriales 080, 096 y 078 que plantean los techos salariales impidiendo y limitando no solo los incrementos sino incluso la Contratación Colectiva por más de 3 años.

Otro elemento es la metida de mano en los bolsillos de los trabajadores petroleros del sector privado, pues con la Ley de Hidrocarburos se les redujo las utilidades al 3%, ya que el 12% restante debe ir a las comunidades indígenas, afectando así a los trabajadores, mientras no se les topa en lo más mínimo a las transnacionales, favoreciendo con esta ley a quienes explotan y se enriquecen con nuestros recursos naturales.

Esto evidencia  que Correa y Alianza País representan los intereses de los grupos económicos de la nueva burguesía, quienes se han visto favorecidos con su política en general, ya que la evolución del salario en los 5 años del gobierno de Correa y de la llamada revolución ciudadana no alcanza a cubrir por lo menos la canasta de la pobreza del 2007 que se encontraba en $ 325, pues de 200 dólares que ganábamos en ese año pasamos a ganar 292 en el 2012. Para camuflar esta realidad Correa retoma los anhelos de los patronos y establece que la canasta familiar debe cubrirse con los ingresos familiares y que son 1.6 los perceptores, y no como lo establece la Constitución: que el salario del trabajador cubra el costo de la canasta familiar. Como contrapartida evidenciamos que a pesar de la crisis mundial los banqueros, industriales y empresarios han incrementado sus ganancias; ejemplos el  Banco Pichincha incrementó su capital de 1.185 millones en el 2007  a 1.354 en el 2010 y en esta última etapa sube cerca del 50% más que las ganancias del 2010 y en los grandes grupos. El juri pasa de 1.003 millones a 1.900 millones en el 2010, Pronaca de 558 millones en el 2007 pasa a 749 millones en el 2010, La Favorita en el 2007 de 1.151 millones pasa al 2010 a 1.708 millones, Grupo Rosado de 620 millones en el 2007 pasa a 810 millones en el 2010, Herdoiza Crespo de 91 millones en el 2007 pasa a 343 millones en el 2010, etc., mientras en ese mismo período el salario de los trabajadores se ha deteriorado. Ejemplo: en el 2007 la canasta de la pobreza era de $ 325, en la actualidad los trabajadores ganan $ 292, lo que quiere decir que con la revolución ciudadana no hemos alcanzado ni la canasta de la pobreza de hace 5 años atrás.

Pero el servilismo del régimen va mucho más allá con la flexibilización de la jornada laboral, contrareforma anunciada por el Ministro Francisco Vacas y el mismo Rafael Correa, confirmando el entreguismo  y contubernio del gobierno con los grupos de poder económico. Bajo el argumento de la dinamización de la jornada laboral, vuelve a la carga en favor de los empresarios  estableciendo la jornada de  7 horas de lunes a jueves, viernes y sábados 6 horas, reduciendo el pago por horas extras del 100% al 25%, perjudicando los ingresos de los trabajadores y sus familias; esta medida también afecta la salud de los trabajadores, pues su desgaste físico y emocional será mayor,  además irrespeta el Convenio 47 de la OIT, el Código del Trabajo en los artículos 47, 48, 49 y 50 que establecen que la jornada laboral será de 40 horas a la semana, 8 horas diarias con descanso forzoso de sábados y domingos, así se retorna a la década de los 70 del siglo pasado, evidenciando que este gobierno es indolente con la clase obrera y condescendiente con los dueños de los medios de producción.


La perspectiva de la Clase Obrera es desarrollar la Unidad de las fuerzas sindicales y populares como la única alternativa.
Estos hechos que han sido analizados y que evidencian toda una ofensiva del reformismo, hoy plasmada el gobierno populista, anti democrático, autoritario  y de derecha de Correa, debe recibir como respuesta el fortalecimiento del sindicalismo de clase, afirmando e intensificando la relación con las bases, pero también ampliando esta unidad hacia el campesinado y el movimiento indígena, con los pueblos del Ecuador, que permita concretar un programa y una plataforma unitaria que avance más allá del proceso electoral.
A la vez que es indispensable avanzar en la Unidad de los Trabajadores, con las Centrales y Organizaciones independientes del gobierno y que estén dispuestas a avanzar en la construcción de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, levantando las banderas del Nuevo Código del Trabajo  como ley orgánica,  por Trabajo Digno y con Derechos, Salarios Justos, por la Defensa de la Estabilidad Laboral, la Organización Sindical y la libre Contratación Colectiva.
Pero al mismo tiempo se debe incorporar al Movimiento Obrero al debate sobre el escenario político y a la posibilidad cierta de derrotar al correísmo en el proceso electoral que vivimos, para lo cual es indispensable fortalecer la COORDINADORA PLURINACIONAL DE LAS IZQUIERDAS, al igual que la candidatura presidencial de Alberto Acosta  y las listas de la Unidad de las izquierdas.