Por Franklin Falconí
Fracaso tras fracaso enfrenta el Consejo Nacional Electoral
(CNE) al intentar llevar adelante el proceso de verificación del 100 por ciento
de firmas de los movimientos y partidos políticos que buscan su inscripción
para las próximas elecciones.
Aunque el proceso debió iniciarse el jueves 23, hasta ahora únicamente
se ha realizado un accidentado ensayo con uno de los movimientos locales: ARE,
que por su poca cantidad de firmas se suponía debía concluir en un par de
horas, pero en los hechos se llevó 15 horas.
Se supone que mañana, desde las 07h30, se iniciaba con la
revisión del primer partido político grande, el Movimiento Popular Democrático
(MPD), aunque ahora se dice que en realidad no hay fecha definida. Los vocales
del CNE han entrado en una guerra de declaraciones públicas con los dirigentes
de este partido. En una rueda de prensa, el sábado 25, Domingo Paredes,
presidente del organismo del sufragio, respondió a las críticas hechas por el
MPD, amenazando a esta organización y sus dirigentes con aplicarles sanciones
si continúan intentando “boicotear”
el proceso electoral.
Por su parte Luis Villacís, director nacional de este
partido, sostuvo que “el presidente del CNE no
es el dueño de la democracia en el Ecuador, ni de los partidos políticos, y
mucho menos del MPD, como para que pretenda mandar a callar a sus militantes.
Esas rabietas expresadas hoy (el sábado), como reacción al comunicado de
nuestro partido, no hacen sino demostrar que el presidente del organismo del
sufragio, así como todos sus vocales, sigue el libreto de la prepotencia y
autoritarismo de Rafael Correa. El MPD no va a declinar en su lucha por la
defensa de los derechos democráticos de los ecuatorianos, así como de su
legitimidad como una de las organizaciones políticas más sólidas del país”.
La agónica caída del CNE, paso a paso.
La estrategia político-técnica armada desde el CNE para dar
sustento a la orden presidencial de eliminar a determinadas organizaciones que
le resultan molestas como adversarios electorales, comenzó a caer desde
tempranas horas del viernes 24, cuando las 750 computadoras instaladas en el
Centro de Exposiciones Quito no respondían como los operadores de la empresa
Controsa esperaban.
Los primeros molestos eran los verificadores, que desde las
13h30 hacían cola para ingresar al local. Se quejaban de la desorganización: no
les informaron que debían dejar en casa todos los objetos electrónicos o de
cualquier tipo, y ahora se los retenían y colocaban a la interperie, en unos
muebles poco seguros. Entre muchos se escuchaban cosas como: “gran
parte de este trabajo ha sido una pérdida de tiempo”.
Se conoció que a diferencia de los anteriores verificadores que trabajaron en
el Colegio San Gabriel, a éstos solo se les había dado tres horas de capacitación,
para una cosa tan seria como determinar la autenticidad de las firmas.
Se supone, según lo informó en rueda de prensa Domingo
Paredes, presidente del CNE, que sí se cuenta con personal especializado, pues
en una de las fases del proceso están 30 estudiantes del Instituto de
Criminalogía, que tienen como encargo verificar las firmas que en el primer
filtro fueran consideradas “en duda”.
Y es que la primera fase del sistema que pretendieron poner en marcha,
contemplaba la reindexación (ingreso en el sistema) de los números de cédula
confrontados con las imágenes escaneadas de los formularios de afiliación o
adherencia de las organizaciones políticas; luego vendría la comparación de cada
una de esas firmas con una base de datos proveniente de algunas
instituciones, como el Banco Nacional de Fomento, el
Registro Civil y los dos últimos padrones, tanto del 2009 como del 2011. Si en
esta parte el verificador encontraba inconsistencias en los datos, presionaba
un botón: “duda”,
y esa firma pasaba a ser analizada en el segundo y último filtro.
Lo que el presidente del CNE, y el ingeniero Paúl Salazar no
pudieron aclarar, es qué garantía podían tener las organizaciones políticas de
que no existiera manipulación de los datos, desde el momento mismo de escaneo
de los datos de las fichas y formularios de afiliación. Lo único que se podía
ver en la pantalla al momento de la indexación era el nombre, el número de cédula
y la firma del ciudadano (no se veía la ficha completa), pero sin la certeza de
que se hayan cruzado esos datos o se los haya distorsionado deliberadamente. Es
más, en muchos casos el escaneo no mostraba la imagen completa del nombre o del
número de cédula del ciudadano, con lo cual, el verificador podría entrar en
serias dudas, o desechar muchas firmas que podían ser auténticas.
Según Salazar, el CNE les permitiría a las organizaciones
políticas cotejar la información y
verificar que el número de firmas auscultadas corresponde al número de
afiliaciones presentadas. Algo que no satisfizo a las organizaciones puesto que
es obvio que en el número de firmas sí podía haber coincidencia, más no en la
forma de ingreso de los datos.
Algo que preocupaba era que los 40 delegados de las
organizaciones políticas podían estar presentes únicamente en la segunda fase o
filtro, pero no en el primero, que en realidad podía ser el más importante.
El viernes, entonces, la jornada solo confirmó las graves
dudas que los actores políticos tienen sobre el CNE. Supuestamente el proceso
de verificación se iniciaba desde las 14h00, pero recién a las 17h00 los técnicos
de la empresa contratista pudieron conectar los equipos para nada más exponer,
a través de una presentación en Power point, el esquema del sistema a los
delegados informáticos de los movimientos y partidos políticos. Intentaron por
varias ocasiones poner en funcionamiento las máquinas para ingresar los datos,
pero no lo lograron, y por último, los digitadores se fueron. Los periodistas comentaban:
“otro fracaso”, “los
miembros del CNE se siguen hundiendo”.
Y el sábado se seguían hundiendo. Según el presidente del
CNE, el proceso de verificación (ya no el simulacro que se había ofrecido,
porque se demostró que no se pudo ponerlo en marcha) se iniciaría a las 09h00,
con la revisión de los dos movimientos políticos que primero habían registrado
su inscripción y que no sobrepasaban las 18.000 firmas cada uno, pero no
pudieron. Apenas se inició la prueba de la reindexación de los datos, el
sistema tuvo problemas, y eso que no estaban funcionando las 750 máquinas, sino
apenas alrededor de 300.
Siendo ya cerca de las 13h00 nada se había iniciado. Los
verificadores, cansados ya por la espera, rondaban el local, conversaban, se reían,
otros pretendían ganarle al sueño…
¿Y las autoridades? Nadie daba la cara.
Por su parte, los militantes del Movimiento Popular Democrático
(MPD), que desde tempranas horas se hicieron presentes, aprovechaban para, en
los alrededores del Centro de Exposiciones Quito, continuar afiliando. “Los intentos de fraude del gobierno fracasan, porque los
pueblos estamos pendientes, y no les permitiremos pasar ni una sola
irregularidad. Los miembros del CNE deben renunciar, por dignidad, si aún les
queda algo…”, sostuvo Natasha Rojas,
dirigente emepedista.
Por fin, después de casi cinco horas de espera, el
presidente del CNE dio declaraciones a los medios, y en ellas admitió que
muchas de las observaciones que las organizaciones políticas habían hecho tenían
razón, por lo que el proceso se demoraría, pues había que reacomodar el
sistema.
Poco después, el director nacional del MPD, Luis Villacís,
explicó lo que sucedía realmente: luego de que los delegados de los movimientos
y partidos políticos pusieron en evidencia las fallas del sistema, los
funcionarios decidieron buscar la solución de esos inconvenientes, pero con la intención
de crear dos sistemas distintos: uno para verificar a los movimientos afines al
gobierno, y otro para verificar las firmas del MPD. Obviamente la intención,
según Villacís, era cumplir la orden de eliminar al MPD y dejar vigentes a
movimientos afines al régimen.
Villacís insistió en que los vocales del CNE deben
renunciar, y anunció que se interpondrá acción penal en su contra, así como de
la empresa CONTROSA, por intentar afectar a las organizaciones políticas y, con
ello, a la democracia en el Ecuador. Así mismo, se presentará un recurso de
queja ante el Tribunal Contenciosos Electoral, por las ilegalidades cometidas
por los miembros del CNE en este proceso. La Comisión Interamericana de los
Derechos Humanos (CIDH) será otro escenario, esta vez internacional, para
solicitar medidas cautelares, según el dirigente emepedista.
Las dudas fundadas del MPD, y que han sido aceptadas por
Domingo Paredes, presidente del CNE, en el campo informático, tienen que ver
con que se usa un sistema con código abierto, que permitiría manipular y
cambiar los datos en cualquier momento del proceso de revisión. Además que,
como está diseñado, se le entrega todo el poder de validar o desechar firmas a
la persona que esté manejando el posterior control de calidad, sin que tengan
atribuciones legales para ello.
Por último, anunció que el MPD se suma a la convocatoria a
movilización que Pachakutik hizo en días pasados, y que lo llevará como
propuesta a la Convención de la Unidad Plurinacional de las Izquierdas, el 1 de
septiembre en la ciudad de Guayaquil.
Organizaciones políticas presentan informe técnico
Opción pudo conocer el borrador de un informe técnico que
los delegados informáticos de las organizaciones políticas preparaban en
conjunto. Entre los aspectos más destacados tenemos:
1. EL CNE Y CONTROLES S.A. no permitieron una auditoria
informática, se limitaron a realizar una simple demostración de producto, la
cual fue mal organizada y resultó un fracaso.
2. Es decir, se negaron a entregar una lista de control de
procesos y de seguridad del software, tampoco quisieron entregar por escrito
las características de producción del software.
3. El CNE no entregó los requerimientos que debe tener el
software, de forma oficial, al proveedor CONTROLES SA, esto se realizó verbalmente.
Lo que implica que no se puede determinar si el software presentado es o no lo
que se pidió.
4. El código del software puede ser cambiado en cualquier
momento y en función de los intereses de las personas que administran el
software.
5. Al tener un software con el código abierto (manipulable
en cualquier momento) la entrega del HASH o HUELLA DEL SOFTWARE no garantiza
que los cambios que se realicen y que supuestamente serán con el acuerdo del técnico
informático de la organización política, sean los que se indiquen, debido a que
en medio de ese cambio se pueden realizar otros perjudicando o beneficiando a
determinadas organizaciones políticas. Se debe cerrar el software y trabajar
con el mismo con todas las organizaciones políticas.
6. El CNE NO ha realizado las pruebas necesarias que
evidencien todos los problemas y poder contar con un sistema calificado y de
calidad.
7. En la demostración, la cual fue operada por el personal
de Controles: Vinicio Bolaños y Cristian Solis, se encontraron errores en el
almacenamiento de información, proceso de datos e imágenes y en la propia
aplicación como tal.
8. El proceso de control de calidad, el cual debe ser para
tener un control estadístico de lo ejecutado por los operadores, no cumple esta
función y le dan poderes completos para realizar cambios en los registros, es
decir, dos funcionarios pueden, sin control alguno, aprobar o rechazar las afiliaciones.
9. Los “REPORTES”
emitidos por el sistema, según el usuario, podrá modificar los datos
visualizados en dicho reporte, alterando los resultados, un reporte es
meramente informativo y no debería permitir que existan modificaciones a la
información entregada.
10. Si existe la necesidad de realizar cambios por errores
DE INGRESO DE INFORMACIÓN (ej: se rechazó una ficha que era válida o lo
contrario) se lo debe realizar con procesos plenamente establecidos con
anticipación y bajo el control de la organización política.
11. Los administradores del sistema pueden cambiar a su
antojo y conveniencias las funciones que cumplen los operadores del sistema, es
decir en un momento son VERIFICADORES DE FIRMAS (aceptan o ponen en duda una
afiliación)y sin que si nadie se dé cuenta, peor aún sin ningún control y en cualquier
momento se convierten en VALIDADORES DE FICHAS DUDOSAS (acepta o rechaza
definitivamente una ficha), cada operador debe tener claramente y de forma
definitiva su función, de otra forma esta división de procesos no tendría
sentido ya que una misma persona podría cumplir las dos.
12. Al trabajar solo con CORTES de las imágenes de las
fichas de afiliación no se puede garantizar la correspondencia de las imágenes
y el sistema no muestra el documento completo ni de las afiliaciones pero aun
de los documentos fuente de las instituciones con las que se compara.
13. Nos queda la duda si el sistema no está terminado o que
el CNE no entrego todos los requerimientos que debía tener o que estas anomalías
fueron solicitadas.
14. Los servidores que se utilizan en el proceso se
encuentran en el CNE, conectados por una línea “dedicada” a los equipos que se encuentran en el Centro de
exposiciones Quito, sobre estos servidores no se conoce que tipo de controles,
seguridad y su administración.
15. Los resultados del sistema presentado y el proceso de
reverificación de firmas no garantiza que estos resultados sean utilizados técnicamente
para determinar manipulación en las identidades de los afiliados o adherentes a
partidos y movimientos políticos.
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