jueves, 17 de septiembre de 2015
sábado, 5 de septiembre de 2015
lunes, 24 de agosto de 2015
martes, 9 de junio de 2015
Cambio de ciclo económico y movimiento de piezas en el tablero político ecuatoriano
Por Decio Machado
Estamos al inicio de un nuevo ciclo electoral en Ecuador. A
pesar de que las próximas elecciones presidenciales no tendrán lugar hasta
dentro de 20 meses, febrero del 2017, es evidente que ya se mueven en clave
estratégica las principales piezas del tablero político ecuatoriano.
Análisis de situación y contexto
Desde que comenzara a notarse en la economía nacional los
impactos derivados de la caída de los precios de petróleo, el régimen correísta
viene sufriendo un paulatino desgaste político, el cual acompañado del
deterioro de la imagen presidencial –principal eje estratégico sobre el que se
ha articulado la legitimidad del gobierno-, se abre la puerta a un panorama
político diferenciado a lo hemos asistido durante los ocho años anteriores.
La caída con posterior recuperación y estabilización de
precios del crudo, muy por debajo del contemplado en la proforma fijada por el
gobierno para el Presupuesto General del Estado del 2015, ha marcado el cambio
de ciclo económico respecto al boom de los commodities que acompañó hasta ahora
la gestión correísta.
La actual situación económica requeriría autocrítica por
parte del Gobierno reconociendo errores de gestión y una apuesta equivocada por
un modelo que en la actualidad desnuda sus límites políticos en los planos
económicos y sociales. Los errores de conducción en un proceso dirigido por
burócratas tecnocráticos con escasa base ideológica han generado distintos
vaivenes en las políticas públicas, conllevando escasa efectividad en materia
de diversificación productiva, rentabilidad en el sector agropecuaria y
políticas claras respecto a la redistribución de la riqueza nacional. Las
políticas de desarrollo implementadas por el correísmo durante estos ocho años
conllevaron la profundización de la dependencia nacional respecto al mercado
internacional de commodities y han demostrado la falta de valentía o voluntad
oficialista para afrontar cambios estructurales reales en el país.
Gran parte de los logros políticos desarrollados por el
régimen, la mayoría de ellos sostenidos gracias a las elevadas exportaciones
petroleras desarrolladas en estos últimos ocho años (57 mil millones de dólares
descontados los costos de los combustibles importados), están ahora en riesgo.
Resultó que al “jaguar latinoamericano” le dieron de comer los dueños del circo
y llegado en momento de su vuelta a la selva por quiebra del negocio este se
muestra incapaz de cazar.
Como dato relevante, basta evidenciar que las exportaciones
de bienes procesados no petroleros en 2006 significaron un 4,9% del PIB
nacional mientras que en el 2014 dicho porcentaje descendió al 3,9%. Todo ello
a pesar del “discurso vanguardia” del régimen basado en el cambio de matriz productiva
y la transformación del régimen de acumulación heredado de la “larga noche
neoliberal”.
Incapaces durante ocho años de diversificar de manera
significativa la producción nacional, se profundizó un proceso de
reprimarización donde el petróleo alcanzó al 55% de las exportaciones totales
ecuatorianas. Consciente del impacto político y económico que la bajada de
precios del crudo significa para su gobierno, el presidente Rafael Correa
anunciaría a comienzos del 2015 que “estamos empezando un año difícil (…) pero
pueden estar seguros que hemos tomado todas las precauciones y las estrategias
del caso”. Cinco meses después, y ante el estancamiento de la capacidad de
recuperación del precio del barril de crudo, el mandatario volvería a hacer
declaraciones -en este caso de acentuada graduación volumétrica- indicando el
mantenimiento del dinamismo económico nacional y que el país está preparado
para “escenarios extremos” como una caída de hasta 20 dólares por barril.
Sin embargo la realidad es tozuda y la estimación de
crecimiento de la economía ecuatoriana pasó del 3.5% estimado por el FMI en su
informe del abril del pasado año (4,1% en el caso del Banco Central del
Ecuador) al 1,9% en exactamente un año
después (abril de 2015). Para una economía con un PIB per cápita de USD 6.002,9
(Producto Interno Bruto año dividido por la población, datos Banco Mundial a
2013) no estamos hablando de una tasa de crecimiento de perfil alto y por lo
tanto tampoco de un gran dinamismo en la economía nacional. Citando a Anatole
France, premio nobel de literatura en 1921, “sin mentiras la humanidad moriría
de desesperación y aburrimiento”.
Sin duda este tipo de afirmaciones entre otras tantas
vertidas en los últimos meses, son las que han hecho que el presidente ecuatoriano
haya bajado notablemente sus niveles de credibilidad ante la opinión publica,
dato que según la encuestadora CEDATOS pasó 53% en enero del presente año al
45% dos meses después, habiéndose elevado el número de las personas que no le
creen del 40% al 49% en ese mismo período.
La supuesta preparación del gobierno nacional para afrontar
esta ralentización económica y semi-descapitalización del Estado se ha basado
en las siguientes líneas de acción: recorte de 1.420 millones de dólares (un
3,91% el presupuesto general del Estado) sobre el cual se aplican 839.9
millones en recortes del gasto de inversión y 580 millones en gasto corriente
–salarios, bienes y servicios-; incremento de impuestos a un tercio de las
importaciones con el fin de evitar salida de divisas al exterior; un incremento
agresivo de la deuda interna y externa de país, la cual al cierre del ejercicio
2014 totalizó 30 mil millones de dólares y representó el 30% PIB, a lo cual hay
que sumar otros 8.807 millones de dólares de déficit fiscal por cubrir en base
a las necesidades presupuestarias del país (subirá el volumen de deuda a unos
39.000 millones de dólares) lo cual significa algo más del 35% de endeudamiento
respecto al PIB sobre un límite fijado en la Constitución de Montecristi del 40%
(se espera en el próximo año una nueva modificación del texto constitucional
con el fin de ampliar los niveles de endeudamiento permitidos), a lo que habría
que añadir también otros 2.142 millones de dólares en preventa de petróleo a
empresas chinas de los cuales mil millones han de abonarse en el presente año y
que son contabilizados como operaciones de venta anticipada por la empresa
pública Petroecuador en un alarde ingeniería financiera que busca camuflar el
incremento en deuda externa; la eliminación del aporte del 40% que hasta ahora
estaba obligado a desembolsar el Estado para asegurar el pago de pensiones del
Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social, lo que viene a significar 700
millones de dólares de ahorro este año al Estado con la consiguiente puesta en
riesgo del futuro de las pensiones a los trabajadores del país; la emisión por
dos veces –marzo y mayo del presente año- de bonos en los mercados
internacionales para financiamiento interno, colocando 750 millones de dólares
en cada ocasión, la primera a cinco años y al 10,5% de interés y la segunda con
vencimiento en 2010 y un rendimiento del 8,5%, lo cual demuestra la carencia de
fiabilidad del país en el mercado internacional de deuda (países como Perú
logran financiamiento a 35 años al 5,63% de interés); así como otras medidas
improvisadas, entre las que destaca el reciente asalto al Fondo de Cesantía del
Magisterio ecuatoriano, lo que en términos económicos son 405 millones dólares
en fondos previsionales de sus afiliados enfocados a productos solidarios,
especialmente en inversión para vivienda (otros fondos privados de pensiones
que ya han pasado a manos del Estado son lo que pertenecen a los trabajadores
de la Empresa Eléctrica Regional Centro Sur, los de la Universidad Técnica de
Ambato, los de la Politécnica del Ejército y el de los servidores públicos del
Ministerio del Interior y de los gobierno provinciales de El Oro y Morona
Santiago).
En la actualidad el régimen está difiriendo gran parte sus
gastos hacia futuro, dado que ya comienza a tener un servicio de deuda alta
–destina en la actualidad un 4,7% del PIB a atender el servicio-, todo ello en
medio de un panorama mundial que no
resulta muy halagüeño.
En este contexto, la frase favorita del régimen y su
mandatario es “lo más duro ya pasó, los precios del petróleo se están
recuperando”. Una vez más se mezcla deseo con realidad y se ignora que
recientemente el Bank of America Merrill Lynch emitió un informe en el cual se
expresa que debido al exceso de suministro, la debilidad de la demanda en
mercados emergentes, el retorno de la producción de esquisto en EEUU y las
expectativas de una acuerdo nuclear con Irán, el barril de petróleo West Texas
Intermediate (WTI) al que se sujeta la cotización del crudo ecuatoriano con una
penalización de mas/menos 10 dólares por barril no superará el promedio de los
US$ 53 en 2015. Por su parte Goldman Sachs, en una nota de prensa emitida el
pasado 18 de mayo, estima que los precios del petróleo cotizarán entre 50 y 60
dólares el barril hasta finales de la presente década como consecuencia de la
lucha entre los estados miembros de la OPEP y EEUU para ganar cuota de mercado.
Para esta banca de inversión y valores vinculada a la élite financiera,
empresarial y política de los EEUU -uno de los ladrones más grandes de Wall
Street con quien el gobierno ecuatoriano negoció el pasado año la entrega de
466.000 onzas de sus reservas de oro por un derivado financiero que le rinde
0,85% anual y le sirve como aval de garantía para un crédito de 400 millones de
dólares a un interés del 4,3% anual, muy por debajo de la usura china al que
país se ha visto obligado a recurrir en los últimos años-, el agua de shale en
EEUU continuará a pesar de que la OPEP está dispuesta a mantener su producción
y con ello no apoyar una subida de las cotizaciones del crudo internacional.
Según la institución fundada por el empresario de origen judío-alemán Marcus
Goldman en 1869 y que hoy es uno de los bancos más grandes del mundo con un
capital bursátil de 55,54 mil millones de dólares, el WTI cotizará en los 57
dólares el año que viene, y en 60 dólares en 2017 y 2018. Esta condición
mantendría lejos los precios del crudo respecto a los 79,7 dólares por barril
presupuestados en la proforma del Presupuesto General del Estado del 2015 o los
102 dólares de valor promedio del West Texas Intermediate en abril del 2014. Si
las cosas son así, el presupuesto público de inversión social e
infraestructuras se ve necesariamente obligado a reformularse con el impacto
que esto conlleva.
Llegado el final de “época dorada” de los commodities el
gobierno ecuatoriano vive de inaugurar obras que ya estaban en curso, habiendo
quedado en carpeta cualquier nuevo emprendimiento hasta que no se aclare la
situación económica a la que se ha visto abocado el país. En este sentido, el
gobierno comienza a demostrar sus carencias respecto a estrategias eficientes e
innovadoras en materia social y económica destinadas a la disminución de la
desigualdad y el desarrollo del país en este período. Según datos del Instituto
Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), la pobreza nacional habría aumentado
entre junio del 2013 y junio del 2014 de 23,69% al 24,53%; y de igual manera,
el empleo inadecuado –quienes no llegan a completar la jornada legal de trabajo
de 40 horas y/o quienes ganan menos del salario básico unificado- subió del
49,41% de la Población Económicamente Activa (PEA) del Ecuador en marzo del
2014 a 52,06% en marzo del 2015; mientras que el coeficiente de GINI –índice
que mide la desigualdad de los ingresos entre la población- se estancó desde el
2013, rompiéndose la evolución positiva que había mantenido en los últimos
años.
En este contexto, cabe reseñarse como principal factor de
riesgo a la población vulnerable. Si bien la pobreza medida por ingresos
(usando la línea de pobreza nacional: quien percibe menos de 2,63 dólares
diarios) disminuyó del 37,6% al 22,5% entre 2006 y 2014, la población
vulnerable (ingresos entre 4 y 10 dólares diarios) es del 43% de la población
ecuatoriana según datos de la CEPAL, año 2012. Esta situación hace que este
amplio sector de la población ecuatoriana esté expuesta a serios riesgos de
volver a caer en la pobreza ante situaciones de crisis derivadas de la alta
dependencia de la economía nacional respecto del sector petrolero.
La percepción generalizada de incremento de la corrupción en
el país, la pérdida de credibilidad acelerada del presidente Correa, el
incremento de la seguridad ciudadana, el estancamiento respecto a incremento de
capacidad adquisitiva y mejora en las condiciones de trabajo, y
fundamentalmente el descontento respecto al estado de la economía de un país
donde el régimen sustentó sus estrategias de captación sobre políticas
clientelares, posicionan al gobierno correísta en una condición nueva ante las
elecciones de febrero del 2017.
Si bien los indicadores de tendencia electoral se enfocan
con alta probabilidad en la continuidad del régimen, dicha victoria electoral
tendría rasgos diferenciados respecto a los períodos anteriores: menor apoyo
político al régimen y pérdida del control total en el Legislativo.
Estrategias opositoras
Los sectores conservadores son conscientes de que si bien
Rafael Correa llegó al poder tras las elecciones del 2006 siendo un referente
para la juventud –la aparición de un personaje nuevo y de perfil rompedor que
significaba una bocanada de aire fresco en la decadente politiquería nacional-,
en la actualidad estos apenas distinguen diferencias entre el mandatario y sus
contendores. Para los jóvenes ecuatorianos todo el espectro político nacional
son “astillas del mismo palo”, motivo por el cual demandan la aparición de
nuevas identidades políticas con capacidad de sintonizar con nuevas demandas e
inquietudes.
Conscientes de que la política consiste en agudizar las
contradicciones del enemigo, algunos perfiles opositores pretendieron
aprovecharse del acelerado proceso de envejecimiento del correísmo -quien se
transformó de crítico de la partidocracia en el paradigma de la nueva
partidocracia del siglo XXI- para ubicar en el centro del tablero de juego a
figuras políticas como Mauricio Rodas o Paul Carrasco, conservador alcalde de
Quito el primero y socialdemócrata liberal prefecto del Azuay el segundo. Hasta
ahora ninguno de los dos demuestra tener la talla política necesaria para el
reto encomendado. Más que ganar Mauricio Rodas la Alcaldía de Quito fue Augusto
Barrera –ex alcalde del oficialismo- quien las perdió en 2014 tras una gestión
decepcionante como burgomaestre capitalino. Tras su primer año de gestión
municipal, Rodas no ha pasado de desarrollar una gestión errática y confusa en
el municipio, la cual además se ha visto inmersa en contiendas internas con sus
aliados políticos. En el caso de Paul Carrasco y más allá de sus ambiciones
personales, el personaje sigue sin conseguir penetrar en la ciudadanía
ecuatoriana existente más allá del Azuay, mostrándose apenas como una pieza
política funcional al reciclado conservadurismo socialcristiano.
Ante este sumatorio de incapacidades, los sectores conservadores
del país se han visto obligados a seguir apostando por la figura de Guillermo
Lasso como la alternativa de “cambio” frente al oficialismo. Sin duda Lasso,
segundo banquero más importante del país con un pasado vinculado a la vieja
partidocracia, no es el mejor candidato para confrontar con perspectivas de
victoria al régimen. Sin embargo su capacidad de generar recursos económicos
para una campaña electoral, sumado a los sistemáticos errores estratégicos que
se va acumulando el régimen consecuencia de políticas impopulares que se ha
visto obligado a desarrollar para financiar las arcas públicas, le han
convertido en un candidato con posibilidades de al menos alterar la lógica
política actualmente existente en el país. En ese contexto, en entendimiento a
medio plazo entre Lasso y Nebot –las dos principales facciones de la derecha-
será un hecho en función de que se vaya calentado el escenario político
electoral. Por su parte, dependerá del nivel de deterioro interno de la figura
del presidente Correa –lo cual se vincula a la coyuntura económica que el país
deba afrontar hasta abril del 2017- quien será la figura que el partido de
gobierno presente a las próximas elecciones presidenciales. Disponen de las
opciones de Lenin Moreno y Jorge Glas (ex vicepresidente y actual
vicepresidente de la República), con binomios duros como podría ser el de
Nathalie Cely, quien ya mostró su capacidad de adaptación política pasando de
cargo de confianza en el gobierno de Jamil Mahuad puestos similares en el de
Rafael Correa.
Una parte de la estrategia actual de la política instituida
desde el poder consiste en despolitizar a la ciudadanía. Esta estrategia es
apreciable a través de la generación del Decreto 16 y otras medidas similares,
las cuales buscan la desactivación de cualquier acción que pueda considerarse
como política por parte de instituciones no profesionalizadas de la política,
es decir, desde el tejido social. Al igual que la política de disciplina
carcelaria busca producir y gestionar la delincuencia, la política gubernamental
persigue despolitizar a la ciudadanía, dejándole tan solo dos opciones posibles
de gestión gubernamental: o la vuelta de los políticos vinculados al pasado
neoliberal o el mantenimiento del actual régimen a pesar del cada vez mayor
desencanto ciudadano. En resumen, la
estrategia se enfoca en generar impotencia social y encauzar el voto hacia
posiciones gobernistas, bloqueando cualquier posibilidad para la aparición de
opciones nuevas y realmente transformadoras que puedan promover cambios significativos
que cuestionen en esencial al capitalismo.
Si bien el correísmo se ofreció como una solución a la
crisis multifacética que vivía el Ecuador en 2006, defendiendo la autonomía de
lo político sobre el contexto social y reinstitucionalizando un régimen de
representación política muy deslegitimado al momento de su llegada, en la
actualidad demuestra su incapacidad para desvincularse de la viejas formas de
hacer política, permaneciendo atado a las categorías tradicionales de
generación de redes clientelares y sin capacidad para producir otro estilo de
gobierno o amenazar a la triste realidad existente. En Alianza PAIS nunca se
entendió que dar otro sentido a la realidad no significa cambiarla. Lo
alternativo quedó limitado a la políticas públicas enfocadas a implementar
tecno-ciencia y cierto control sobre el mercado interno, renunciándose así a un
auténtico cambio social.
El reposicionamiento electoral del CREO con Guillermo Lasso
a la cabeza, demuestra que la incapacidad del régimen de patear el tablero
político de forma estructural, volviéndose a generar años después una agudizada
deslegitimación social del sistema de representación de los partidos. Más del
50% de las y los ecuatorianos desaprueban la política emanada del Legislativo y
sus índices de credibilidad están por debajo del 25% (Fuente: Cedatos/marzo del
2015). No hay una sola figura en el Legislativo ecuatoriano que pueda
referenciarse como ejemplo de brillantez parlamentaria ni que tenga
posibilidades de proyección política a futuro. La mediocridad es generalizada y
compartida entre las distintas corrientes políticas que calientan estos
curules.
En este contexto, el conservadurismo ecuatoriano juega a la
misma estrategia que se ha considerado como viable para el derrocamiento del régimen
de Nicolás Maduro en Venezuela: la conformación de una alianza en formato
“abanico” en aras al restablecimiento de un “supuesto” régimen democrático y de
libertades en el Ecuador. Para ello se han desarrollado estrategias como
Compromiso Ecuador, que incorporando a amplios sectores sociales, busca
erosionar al régimen en su punto más débil: la pretensión de mantener al
presidente Correa en el sillón presidencial más allá de la manifiesta voluntad
popular a ser consultados. Es esta la condición que permite a Lasso encontrar
apoyos coyunturales en sectores “progresistas”, buscando situarse como una
opción política de transición para el re-establecimiento del tan discutible
“Estado de derecho”. En la práctica, lo que están haciendo los sectores de la derecha
ecuatoriana es buscar los mejores escenarios para el enfrentamiento con el
régimen correísta en las próximas elecciones generales, provocando las mayores
contradicciones posibles en el adversario y desplazando dichos escenarios a
lógicas distintas al 2006 y elecciones posteriores.
Y la izquierda…
Resulta evidente que el fenómeno correísta es el resultado
del fracaso de la izquierda ecuatoriana en desarrollar un diagnóstico real de
lo que ha sucedido en el país durante los últimos 15 años –pereza intelectual-.
Este drama se acentúa en la actualidad debido al hecho de que la gestión
correísta del poder ha laminado cualquier significado digno del término
izquierda para la próxima década.
Sin embargo, hacer política implica dotar de inteligencia a
circunstancias y contextos de los cuales no se ha sido protagonista. Esto
significa moverse en un territorio desfavorable y que como consecuencia de la
creciente polarización política que vive el país, hace que los actores
tendentes al cambio no necesariamente tengan la comprensión de cuales son las
claves de transformación del régimen político existente.
Mientras la mayoría de las organizaciones populares y
sociales existentes en el país continúan en una lógica de alianzas bajo
esquemas de “sopa de letras”, disputas internas y caracterizando al régimen
como neoliberal –reflexión que la ciudadanía no entiende dado que son evidentes
las diferencias existentes entre el régimen correísta y los gobiernos
anteriores-, condiciones que poco o nada le ayudan respecto a su
posicionamiento estratégico ante la sociedad, quienes canalizan la rabia digna
-especialmente en las grandes ciudades- son los sectores más conservadores. Las
élites continúan trabajando en base a intereses propios y en este escenario
político, con la complicidad de los medios de comunicación masivos –los cuales
les permiten seleccionar cuales son los problemas sociales de envergadura y
cuales no tienen presencia mediática-, mezclan discursos contra las políticas
gubernamentales desde posiciones críticas a Cuba o Venezuela con la defensa
utilitarista de la aportación del 40% del Estado al IESS o cuestionando la
criminalización a organizaciones sociales disidentes y líderes sociales bajo
vigilancia del régimen.
Desde que comenzara el reflujo económico y se incrementaran
el número de asistentes a las movilizaciones convocadas básicamente por el
Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y la Confederación de Nacionalidades
Indígenas del Ecuador (Conaie), estas han ido perdiendo hegemonía sobre los
manifestantes. Es un hecho la presencia de sectores conservadores en la última
y exitosa movilización del Primero de Mayo no oficialista, auspiciados por
sectores de la clase media alta, líderes de opinión y la burguesía comercial de
las grandes urbes, bajo el grito de coincidencia multiclasista “Fuera Correa, fuera!!”.
El creciente ambiente de polarización social con carencia de
consciencia política que se visualiza en el Ecuador en ambos lados de la
barricada, viene a demostrar la necesidad de desarrollar un trabajo político
más allá del ámbito estrictamente ideológico. En la práctica, la mayoría de
población no entiende que el rasgo político fundamental del correísmo ha sido
el desarrollo de un proceso de tardo-modernización capitalista impulsada desde
la planificación estatal, y que en ese marco de contradicciones generadas se
mueve la contienda actual. Las contradicciones cada vez mayores entre discurso
y praxis oficialista (revolución, socialismo del siglo XXI, poder popular,
gobierno de los trabajadores entre otras, frente al aumento de los beneficios
empresariales de los grandes capitales -nacionales y transnacionales- y la
agudización de la explotación laboral en el país) no esta siendo el eje de
acumulación política de las organizaciones sociales con pretendido perfil
transformador.
El protagonismo político readquirido por las centrales
sindicales no supeditadas al régimen no está implicando una reconversión de
estas, manteniéndose las mismas viejas formas heredadas de la escuela
tradicional burocrática sindical en una lógica que a la postre significará su
desplazamiento de esa parte de la centralidad política que en la actualidad de
forma sorprendente ocupan. No se está desarrollando ni nuevas formas de
intervención sindical ni se están expandiendo los ámbitos de acción a nuevos
sectores que se han generado en los últimos años en el mercado laboral
ecuatoriano. Por su parte, la Conaie sigue viviendo un mar de contradicciones
internas que posiciona la crítica gubernamental de sus bases más en el ámbito
de la coyuntura económica –las comunidades se acostumbraron a negociar sus
apoyos al régimen en base a contraprestaciones monetarias, infraestructuras y
erráticas políticas agropecuarias que en la actualidad se encuentran en
retroceso debido a los recortes presupuestarios- que en la homogenización de
criterios sobre el modelo de sociedad y Estado plurinacional que caracterizó
sus reivindicaciones en el pasado. Los sectores anti-gubernamentales de perfil
progresistas ni siquiera cuentan hoy con organizaciones políticas con capacidad
de capitalizar electoralmente el descontento social, lo que implica carencias
en táctica y estrategia, así como dificulta la posibilidad de disputar en
términos hegemónicos el liderazgo post-correísta. Esta condición genera el
riesgo de convertirlos en funcionales a la rearticulación del proyecto político
de las élites conservadoras nacionales, algo que ya ha sucedido en reiteradas
ocasiones en el pasado reciente.
Lo significado anteriormente es grave, dado que demuestra el
anquilosamiento existente entre gran parte de las organizaciones de izquierda.
Se ignora reiterativamente el hecho de que el cambio de régimen no es de
carácter cuantitativo, sino cualitativo. Se trata de generar nuevas coordinadas
en el juego político, generando nuevos escenarios donde las condiciones dejen
de ser tan desfavorables; dentro de un contexto donde los consensos políticos,
sociales y económicos desarrollados en base a un fuerte crecimiento económico
comienzan a dejar de ser viables. Un indicador palpable de esta realidad es el
crecimiento de los conflictos sociales y laborales existentes en el país.
Ante la puesta en cuestión del pretendido horizonte
correísta basado en el concepto “gramsciano” de hegemonía ideológica y
construcción de instrumentos políticos organizados con incidencia protagónica
en la sociedad, el nuevo reto de la izquierda ecuatoriana es desarrollar a
través de ejercicios de inteligencia colectiva una nueva forma de intervención
que supere el exclusivo ámbito ideológico.
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martes, 26 de mayo de 2015
Nuevas alternativas políticas en Europa
Por
Decio Machado
Consultor en Análisis
Estratégico y Comunicación. Director de la Fundación ALDHEA, investigador de
Sistemas Integrados de Análisis Socioeconómico, colaborador de la colombiana
Editorial Desde Abajo, y los medios de investigación periodística crítica
Revista El Hurón y periódico Diagonal.
Hacer un análisis político
de la situación europea en este momento desde territorios latinoamericanos
conlleva, en primer lugar, remarcar algunos conceptos básicos y diferenciadores
entre estas dos realidades.
La primera de ellas es que
aunque desde algunos movimientos sociales latinoamericanos se mire con interés
y simpatía procesos de organización socio-políticos como el generado en su
momento por los Indignados en el Estado español, con la posterior conformación
de Podemos como construcción de una organización política capaz de recoger una
parte importante del acumulado de las movilizaciones del 15-M o de Syriza
(acrónimo de Synaspimós Rizospastikís Aristerás, traducidos al
castellano, Coalición de la Izquierda Radical), aglutinando trece grupos
políticos diferentes de tendencias afines al "socialismo
democrático", todo ello hay que situarlo -citanto a Grosfoguel- en la
"zona del ser"(1). En este sentido, no puede causar más que una
ligera sonrisa el hecho de que alguna organización política ecuatoriana se haya
rebautizado bajo las mismas siglas que la formación liderada por Pablo
Iglesias, al calor de los buenos resultados electorales alcanzados por la
formación política española en el proceso electoral europeo.
Citando a Zibechi,
"no debemos imitar a Europa"(2), pues es un error sujetarse a
categorías heredadas de la matriz europea para construir la acción política
latinoamericana. Se necesita construir una teoría crítica propia
latinoamericana, donde la organización y la militancia para cambiar el mundo
venga desde la "zona del no-ser", lo contrario sería repetir el hecho
colonial en nombre de la revolución.
En la "zona del
ser" se presupone la existencia de una sociedad más o menos homogénea -el
impacto migratorio es de los pocos elementos distorsionantes de esa realidad-
en la que todos sus integrantes gozan de determinados derechos ciudadanos,
estructurada industrialmente por clases -opone sociedad burguesa contra
sociedad proletaria- y donde el analfabetismo y la violencia son factores
atípicos.
En América Latina,
"zona del no-ser" junto a otros espacios geográficos del sur global,
la violencia no es el único recurso de la dominación sino la forma de vida
cotidiana a la que se somete a los de abajo, negándoseles su dignidad y sus
formas de organización autónoma. Fanon nos recuerda por ejemplo, como incluso
en momentos de máxima violencia durante la Segunda Guerra Mundial, "bajo
la ocupación alemana los franceses no dejaron de ser
hombres"(3), mientras basta mirar como las rebeliones de tupac Amaru
o tupac Katari fueron el símbolo de levantamientos de poblaciones que habían
sido desposeídas de tierras y culturas, a la par que subyugadas bajo lógicas
esclavistas.
Crisis
de la Unión Europea
La Unión Europea (UE)
atraviesa desde hace ya algunos años los momentos más bajos de su historia.
Citando a Sanahuja, en realidad hablamos de una "crisis
existencial"(4) como proyecto político, económico y social.
Esto implica que estén en
cuestión tanto el fundamento político y social del proyecto, como su viabilidad
económica. Para determinados sectores políticos y sociales de los países del
norte de Europa, en estos momentos de crisis es mejor "ir solos" que
tirando del "lastre" de los países más pobres del sur. De igual
manera en el sur de Europa, ciertas fuerzas políticas con cada vez mayor calado
social plantean como necesario zafarse de las exigencias de disciplina
monetaria y fiscal que exige el euro, posicionando como una posibilidad el
abandono de la moneda única para recuperar soberanía monetaria y poder
estructurar estrategias de crisis a base de devaluaciones competitivas.
En este contexto, las
reacciones nacionalista y populistas están al orden del día en el "viejo
continente", ganando espacio el "euroescepticismo" frente al
europeísmo hasta hace unos años hegemónico.
En todo caso, más allá de
valoraciones políticas coyunturales, es un hecho que la UE como proyecto
económico enfocado a la estabilidad, crecimiento y competitividad, generando
bienestar y empleo no funciona. También lo es el hecho de que el proyecto
federalista europeo, como lógica de construcción "postnacional" de
gobernanza multinivel y superador del Estado-nación hace aguas cuando los países
más poderosos imponen las políticas a los países más débiles del sur y el este
de Europa. Por otro lado, la crisis actual desnuda el hecho de que más allá del
discurso, la llamada "Europa social" y el rol de la UE como mecanismo
de solidaridad transnacional a través de políticas de cohesión económica,
social y territorial en realidad nunca existió. Las rentas de los países del
sur nunca convergieron con las del norte y sus indicadores sociales tampoco.
Por último, y respecto al papel de la UE en el contexto internacional, cabe
señalar que más que a Europa y a sus ciudadanos, los gobiernos europeos han
apoyado y posicionado a sus empresas transnacionales y élites políticas, y en
este sentido el papel del Estado español en América Latina es emblemático aunque
no exclusivo.
Para la mayor parte de
Estados miembros de la UE la situación económica no es halagüeña. aunque la
crisis comenzó siendo financiera, con el paso del tiempo se ha ido cronificando,
transformándose en una gran recesión, en especial en los países menos
competitivos de la Eurozona. Los Estados miembros del norte europeo han
rescatado a Grecia, Irlando, Protugal y Chipre, así como a la banca española,
lo que permitió a los gobierno "beneficiarios" financiar parte de los
déficits públicos correspondientes a los restos del Estado del Bienestar que
malamente subsisten en sus respectivos países. Tras caídas de la producción
industrial y del empleo de hasta el 15% -se tocó fondo en 2013-, en 2014 se
comenzaron a generar algunos signos económicos alentadores sustentados sobre
las espaldas de las y los trabajadores, lógica que pretende mantenerse en el
transcurso del presente año y que causa malestar social sobre los targets
sociales más desprotegidos en Europa.
Con la crisis se ha
sustituido el discurso de la convergencia entre países miembros, característica
de los primeros 10 años del euro, por divergencias económicas, sociales y
políticas entre los países del centro y del norte de Europa respecto a los
países del sur y el este. Así, los problemas económicos en forma de
desequilibrios estructurales -desempleo, déficit comercial y déficit público.
se han significado de manera agudizada en la zona de la europeriferia.
Evidentemente, es allí donde se han concentrado también los riesgos políticos
para el proyecto europeo, con la conformación de algunas iniciativas políticas
novedosas que plantean aire nuevo a una izquierda que con el paso del tiempo ha
ido quedando caduca y con escasa capacidad de incidencia socio-política.
La crisis ha hecho que los
dos históricos rivales respecto al liderazgo europeo -Alemania y Francia- se
hayan visto obligados a consensuar medidas políticas y económicas en el
contexto externo, mientras a nivel nacional han orientado reformas de carácter
neoliberal que tienen como objetivo restablecer la estabilidad y proyecciones
de crecimiento a futuro a costa de los trabajadores.
Los chantajes y amenazas
tanto de la UE como de las instituciones de Bretton Woods sobre diversos países
europeos durante el año 2014, consiguió esquivar –al menos transitoriamente- el
riesgo independentista escocés y catalán, posponiendo los cambios de poder en
Grecia hasta enero del 2015, momento en el cual ya no se pudo impedir el
triunfo de Syriza en las últimas elecciones presidenciales helenas. Más allá de
prolongar su agonía, en la UE sigue existiendo una mezcla explosiva para el
sistema auspiciado por sus élites políticas, donde se combina el hartazgo de la
gente ante la persistencia de la recesión económica y la deslegitimación de las
formas políticas tradicionales auspiciadas por sus élites en varios países
gravemente golpeados por la crisis.
En este contexto y a pesar
de ello, hay que reconocerle a los países de la UE su capacidad de resiliencia
ante las dificultades económicas, el descrédito de sus élites políticas y la
inestabilidad social existente en algunos de estos Estados. La falta de
alternativas políticas creíbles en muchos de los países afectados ha permitido
a gobiernos altamente cuestionados mantenerse en el poder dentro de un sistema
que se cae a pedazos. Sin embargo, algo comenzó a cambiar en los últimos
tiempos en la parte de Europa bañada por el Mare Nostrum(5).
Grecia: por primera vez la
izquierda en el gobierno
La Coalición de la
Izquierda se funda en Grecia en 1989 fusionando varias organizaciones políticas
de la izquierda helena. El mismo año de su nacimiento sufrió ya una crisis
interna que llevó al Partido Comunista Griego (KKE), de perfil prosoviético
-hoy una de las voces más críticas respecto a Syriza- a abandonar la Coalición.
En 2004, ante un proceso
electoral legislativo, se funda Syriza -Coalición de la Izquierda Radical-, con
base en la vieja Coalición de la Izquierda pero incorporando a nuevos sectores
políticos alternativos. En 2007, con la obtención del 5,04% de los votos y 14
curules en el parlamento griego, esta formación pasa a ser un actor a tener en
cuenta en el tablero político griego. En 2010 sufrirían un desgarro por la
conformación del partido Dimokratikí Aristerá (Izquierda
Democrática), más conocido como Dimar, el cual nace a partir del ala moderada
de Syriza, llevándose a cuatro de sus parlamentarios. En las elecciones
generales de 2012 Syriza alcanzaría ya el 16,8% de los votos y 52 asientos en
el legislativo, superando a la socialdemocracia y referenciándose como la
segunda fuerza más votada tras los conservadores de Nuevo Democracia -quienes
obtuvieron tan solo el 2% más-. Ante la imposibilidad de conformar gobierno por
parte de la derecha, las elecciones tuvieron que repetirse en junio de 2012,
volviendo a quedar Syriza como segunda fuerza electoral con 26,7% a tan solo
2,8% de los conservadores, quienes consiguieron entonces conformar coalición de
gobierno con los socialdemócratas del Pasok y Dimar.
En mayo de 2014, a pesar
de la campaña del miedo orquestada por la Comisión Europea y el FMI -que
conllevó el crecimiento constante de la prima de riesgo y amenazas veladas
sobre el futuro aislamiento del país, Syriza se convertiría en la primera fuerza
política tras las elecciones al Parlamento europeo, condición que se ratificó
en las presidenciales de enero del presente año. El 26 de enero de 2015, Alexis
Tsipras -líder de Synaspimos, grupo político escindido del KKE y
evolucionado hacia la alterglobalización y principal fuerza al interior de
Syriza- fue nombrado Primer Ministro griego.
El éxito de Syriza se basa
en su capacidad de aglutinar votantes muy variopintos como sectores juveniles
de perfil libertario y antisistémico, clases medias afectadas por los recortes
salariales y el aumento de impuestos, sindicalistas, migrantes y pequeños
empresarios radicalizados por las dramáticas medidas fiscales impuestas por el
neoliberalismo europeo.
La coyuntura económica que
atraviesa el país, la valentía de esta formación política y su evolución hacia
posiciones en línea con los movimientos sociales alternativos europeos, la
radicalidad de su discurso y lo anteriormente mencionado respecto a su
capacidad para aglutinar diferentes targets de votantes, ha llevado a la
izquierda al gobierno de gobierno de Grecia en el presente año.
A pesar del paralelismo
que desde la distancia se hace respecto a las dos principales agrupaciones
políricas referenciales de la izquierda sur europea, Syriza tiene muy poco que
ver con Podemos -se parecen tan solo en determinados elementos discursivos-,
aunque sus relaciones en el Parlamento Europea sean de máxima fraternalidad.
El éxito de Syriza se
enmarca en haber todo con el viejo comunismo retrógrado en el que se quedó
anquilosado el KKE. Desde ahí, Synaspismos y Syriza en su conjunto supieron en
la crisis griega de 2008, cuando la policía mató a un estudiante de 15 años,
mantenerse como referente para la mayoría de jóvenes griegos amotinados durante
dos semanas en Atenas. Se conformó una organización de izquierda radical
internamente diversa y democrática, que tuvo la capacidad de recuperar el valor
del marxismo en un país donde la resistencia antifascista fue referencial
durante la Segunda Guerra Mundial y en el período posterior de guerra civil
entre 1946 y 1950. Syriza se convirtió en el partido de referencia para los
inmigrantes, pues fue el único que defendió sus derechos de ciudadanía frente a
la ofensiva neofascista que se articuló en torno a Amanecer Dorado -un partido
fundado en 1980 por un grupo de jóvenes nacionalsocialistas griegos, miembros
militares y simpatizantes de la entonces recién derrocada Dictadura de los
Coroneles-.
Otro de los elementos que
definieron a Syriza como alternativa, fue su posición enfrentada a los
programas de austeridad impuestos por la UE que la socialdemocracia del Pasok
aplicó en el país con la cabeza gacha. Tanto KKE como Syriza se opusieron a
estos, pero a diferencia del viejo recio estilo comunista prosoviético que no
ofrecía alternativas novedosas, la agrupación de Tsipras lo hizo con un
discurso y puesta en escena antiglobalizador y políticamente alternativo. Por
otro lado, a pesar de las invitaciones de la socialdemocracia a formar parte de
los gobiernos de George Papandreu, Syriza no se dejó seducir por el poder,
demostrando que no había "cartas bajo la mesa" ni intereses
coyunturales, lo que dignificó su posición en medio de una descomposición
generalizada de la institucionalidad griega y su partidocracia.
El resultado final de todo
esto ha sido que el carisma de Alexis Tsipras, sumando al temos por el
crecimiento del neofascismo en Grecia, la profundidad de la crisis económica y
la incapacidad de las otras fuerzas políticas de asumir posiciones valientes y soberanas
frente a las imposiciones de la Comisión Europea y del FMI, así como la ruptura
con la ideología rígida y formas de intervención política que responden a otra
época, ha llevado a una nueva izquierda por primera vez a un gobierno en
Europa.
Ahora queda por ver cuales
son los límites políticos de Syriza. ¿Tendrán la capacidad de romper con esa
lógica reproducida históricamente de que fuerzas revolucionarias una vez tomado
el Estado reproducen la dominación?, ¿Tendrán la capacidad de generar un modelo
relacional con la sociedad en general y con los sectores populares en
particular alternativa respecto a las dinámicas clásicas implementadas desde el
poder? Estas respuestas están aún en el aire, aunque a pesar del poco tiempo de
gestión transcurrido de Syriza en el poder, no parecen encontrarse motivos par
aun especial entusiasmo en ese sentido.
Podemos: la alternativa
española
Meses antes del estallido
social que se ha venido en llamar fenómeno del 15-M, ya habían aparecido
movimientos como Juventud sin Futuro o No les Votes, y con algo más de
antigüedad existían la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y Anonymus
en el Estado español. Todos estos grupos y otros tantos más fueron parte de las
200 asociaciones de todo tipo que participaron en la manifestación del 15 de
mayo del 2011.
En un país quebrado por al
corrupción de sus políticos, dicha corrupción salpicaba a unos y a otros sin
discriminar filiación política en medio de una crisis agobiante, las demandas
sociales principales giraban en torno a la exigencia de un cambio radical en la
política española -los manifestantes no se consideraban representados ni por el
Partido Popular (PP) ni por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE)- y en
reclamo de medidas coherentes contra el desempleo, la corrupción y en rechazo
de los recortes sociales. En definitiva se reclamaba contra un sistema injusto
que considera a las personas mercancías.
Esta movilización
realizada en 15 de mayo de 2011 en Madrid y otras 50 ciudades más del país,
todas bajo el lema "Democracia Real Ya! No somos mercancía en manos de
políticos y banqueros", es el punto de arranque de lo que se ha llamado
Movimiento 15M o Indignados. Terminada la movilización en Madrid, un grupo de
personas decidió individualmente acampar en la Puerta del Sol -principal plaza
urbana de la capital-. Aunque fueron desalojados por la Policía Nacional
durante la noche, aquello encendió la llama de la indignación popular y en
pocos días las acampadas se extendieron por decenas de ciudades de toda la geografía
española.
Las movilizaciones de los
Indignados tuvieron su momento de máxima expresión durante los siguientes
meses, pero con el paso del tiempo su intensidad fue poco a poco declinando.
Sería entonces cuando nace
Podemos, una organización política fundada en enero del 2014, quien a través de
su puesta en escena electoral apenas cuatro meses después durante las
elecciones al parlamento europeo del 25 de mayo, alcanzaría contra pronóstico
cinco escaños (7,98% de los votos).
Este resultado europeo se
da en medio de una pérdida acelerada de credibilidad de las élites políticas y
principales instituciones públicas del país. La corrupción existente y el
impacto de la crisis se mantendrían como factores determinantes que incidieron
en el resultado electoral de Podemos, que capitalizaría así el descontento
social hasta entonces no capitalizado partidariamente por nadie. Hasta entonces
el electorado español carecía de opciones políticas por donde canalizar sus
demandas, Podemos se convertiría así en una herramienta útil para la
transformación social en el país. A su vez, las elecciones europeas de mayo
significaron el descalabro -en número de votantes- de los dos partidos
políticos que tras las transición "democrática" se habían alterado en
el Palacio presidencia de La Moncloa: el Partido Popular y el PSOE.
Desde entonces, Podemos se
articula como una propuesta de unidad ciudadana que encuentra su razón de ser
en el descontento social generalizado en la sociedad española respecto a sus
políticos, a los que se les ha venido a definir como "casta"
oligárquica.
La virtud política de
Podemos ha sido combinar bajo la lectura del teórico de referencia de sus
líderes, Ernesto Laclau, tres aspectos fundamentales: el primero, basado en una
lectura particular del 15M superadora del conflicto izquierda vs derecha, por
la cual se definió una ampliación de la frontera política hacia un pueblo que
no se siente representado por sus élites; la segunda, el desarrollo de una
estrategia técnico-comunicativa que posicionó desde antes del nacimiento de
Podemos a su líder en un marco de elevada visibilidad mediática,
desarrollándose en paralelo todo un ejercicio enfocado al análisis y traducción
de discursos complejos en narrativas y marcos discursivos directos y sencillos
que impactasen en los oyentes de los programas de televisión a donde Pablo
Iglesias asistía de manera frecuente; el tercero, el desarrollo de un estudio
prolongado y un aprendizaje sobre el terreno de los procesos latinoamericanos
recientes, que conformaron nuevas mayorías políticas y el acceso de gobiernos
neopopulistas al poder con sus correspondientes guerras e posiciones al
interior de sus respectivos Estados.
En resumen, se conectó a
una parte amplia del descontento popular con una articulación discursiva exitosa,
desafiando dos importantes criterios clásicos de la izquierda: Podemos
capitaliza el 15M pero reduce el espacio de conflicto al ámbito del asalto a
las instituciones públicas, dejando de lado cualquier esfuerzo por re-impulsar
las movilizaciones de masas en el país; y, Podemos desarrolla su iniciativa
política desde la élite académica, es decir, desde arriba sin contar con los de
abajo, rompiendo con el criterio clásico de que "no hay atajos"
-mediatizado por el trabajo de base- para la conformación de opciones políticas
de cambio.
Cabe señalar al respecto
que la ruptura del discurso conflicto izquierda-derecha permitió a Podemos
proponer dicotomías alternativas ante la sociedad española como
"democracia/oligarquía", "ciudadanía/casta" o
"nuevo/viejo". Esta nueva dialéctica política, cargada con las mismas
trampas que el discurso anterior, ha propiciado una nueva frontera que aspira a
aislar a las élites y a generar una nueva identificación de Podemos y la parte
de la sociedad que les avala frente a ellas.
La propuesta de Podemos es
no ubicarse en el margen izquierdo del tablero de ajedrez sino reordenarlo, tal
y como indica el propio Errejón, replanteándose desde una lógica en donde las
rupturas acostumbran a hacerse desde "una producción distinta de sentido,
siempre herética y a contrapelo de los manuales y las certezas"(6).
Siendo indiscutible que
Podemos se erigió como un referente de estrategia política innovadora y
diferenciada en el Estado español, también es cierto que el abandono de coherencias
ideológicas desde la izquierda y su apuesta enfocada exclusivamente al asalta
al poder, ha hecho que esta organización política haya moderado su discurso de
una forma sorprendentemente rápida. Todo ello bajo una lectura por la cual se
interpreta que la radicalidad en posicionamientos políticos no viene acompañada
por el voto masivo de la ciudadanía. La estrategia por encima de la coherencia
y la ética política.
Esta realidad ha
desembocado en que en estos momentos, al interior de la organización, se viva
una tensión entre dos polos enfrentados que alguno de sus dirigentes ha venido
sesgadamente a definir como la existencia de "un Podemos para ganar y el
Podemos para protestar". La primera de ellas es la versión soft de
Podemos -la europeísta, la que no pide cambiar la Constitución sino que ésta se
cumpla, y que invita a los empresarios al voto-, encabezada por miembros
emblemáticos de la dirección de Podemos -Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y
Carolina Bescansa-; la otra, la de los perdedores históricos según entienden
los anteriores, engloba a los sectores populares organizados, a los
agrupamientos de militantes de izquierda revolucionaria y a los cuadros de los
movimientos sociales que han apostado por esta opción política.
Así las cosas, Podemos se
enfrenta a las inmediatas elecciones municipales y autonómicas del próximo 24
de mayo, pero con los ojos puestos en las presidenciales del 20 de diciembre
del presente año, donde pretende romper con la lógica política bipartidista
existente en el país desde primeros de los años ochenta.
[1] Grosfoguel,
Ramón (2012). El concepto de “racismo” en Michel Foulcault y Frantz
Fanon: ¿Teorizar desde la zona del ser o desde la zona del no-ser?. Tabula
Rasa – Revista de Humanidades. Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca.
Bogotá.
[2] Zibechi,
Raúl (2015). Descolonizar el pensamiento crítico y las prácticas
emancipatorias. Ediciones Desde Abajo. Bogotá.
[4] Sanahuja,
José Antonio (2013). Las cuatro crisis de la Unión Europea.
En: Cambio de ciclo: crisis, resistencias y respuestas globales. Anuario
2012-2013. CEIPAZ. Madrid.
[6] Errejón, Iñigo.
¿Qué es Podemos?. En Le Monde Diplomatique Número 225. Julio 2014
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lunes, 13 de abril de 2015
Carcelen y los colores del país al desnudo
Como una nueva convocatoria la calle se viste de colores; vuelven a resurgir los poemas pintarrajeados al apuro en las paredes de esta franciscana ciudad; la gente se torna tumulto, toma en sus manos la decisión de darle un nuevo ajuste a la propuesta que hace poco nos parecía definitiva. Es el tiempo que reverbera en los alucinados ojos de los protagonistas y que se tornan instantáneas de la vida que fluye a borbotones. Nada es inamovible, nada es eterno a pesar de todos los discursos de que permanecerán cien años. Solo la imaginación tiene la posibilidad de reconstruirse para pergeñar aquello que deseamos.
Vuela la loca ilusión para volverse acción, trazo
decidido, color del grito que es sofocado por la lluvia o el volumen de la
propaganda. Aquello que pasa en la calle es el laboratorio de lo que sucede en
la vida, en vocación por la irreverencia de esos personajes anónimos que
construye la historia.
El mar, retorcido por las manos de una lavandera, surge vigoroso en la plástica de Alberto Carcelén; un juego, una propuesta de contraste mirados siempre desde el asombro y el color. Una constante búsqueda desde la orilla de los otros va llenando el lienzo de aquellos tonos con los cuales se hace la vida, el naranja, el bermellón, el azul, el amarillo y el lila copulan en una orgía interminable para saturar sus cuadros de un grito, un poema, una forma de existir. Peces dorados que guardan el secreto aroma de mar, betuneros como cronistas de las calles, mujeres con su sensualidad que hacen inagotable la vida, mendigos que arrogan su desprecio a los transeúntes, acordeonistas ciegos que tañen las notas de su noche eterna en el asfalto de la indiferencia; vendedoras ambulantes con los productos a ser confiscados por los guardias municipales; jóvenes con el rostro cubierto enfrentando a la fuerza represiva del poder; marginales a punto de romper los límites y las estanterías.
Los cuadros de Alberto Carcelén esa otra dimensión
que no caben en los libros de estadísticas ni en los de historia. Es el pueblo
llano; los príncipes de la pobreza y el arrabal, son los que justifican todos
los programas de mejoramiento de las condiciones de vida ideado por los
tecnócratas. Pero estos (los tecnócratas), nunca conocerán el secreto de la
vida, nunca llegarán a entender la estética de los excluidos, por más que
aplican las más novedosas técnicas para descifrar la realidad; esta, siempre se
les escapará de sus perfumadas oficinas. Pero Carcelén la capta, con su
asombrosa paciencia para delinear la rabia, con su paleta rastrillada con los
colores de la cotidianidad plasma, una tras otro, a los personajes de esta obra
bufa.
Una vieja cartulina, fechada en julio de 1974, da cuenta de sus inicios; apenas son legibles algunos apellidos de aquel jurado que le jugó la mala pasada de afirmarlo en esta pasión. Son cuarenta y un años de regar frente al lienzo en blanco; y, ha visto tanta vida y tantos rostros y tantos jóvenes que se hicieron viejos de la noche a la mañana.
Pero persististe, Alberto persististe con esa
injustificada terquedad de los que atesoran la esperanza como única puerta
escapatoria; es que, o nos fugamos todos a no es posible el sueño, así de
simple y de complejo es el asunto. Y Carcelén afila sus lápices y aguza su
mirada esperando impasible la llegada de la estampida; mientras tanto, dibuja
una arquitectura inverosímil, aquella en la que en la que subvierte el orden y
la gravedad, pues no existe morada que dibuje sin que se note la solidaridad
que rebasa sus paredes. A medio camino, cambia de armamento, toma las acuarelas
y profana el árbol de la vida y de los sentidos; y dibuja mujeres desnudas en
medio de la hojarasca inútil de los convencionalismos y caracoles misteriosos
que pasan raudos como un símbolo sexual y guitarras descomunales ante los
brazos avariciosos de los musicantes y jaguares surrealistas y águilas arpías
que baten sus alas ante el desmedido precepto del desarrollo. Todo eso se
arremolina en mi memoria cada vez que miro un cuadro de Alberto, el pintor, el organizador
de lo imposible. Y todos los personajes de esta tierra en su sensual oración
diaria por la vida. Negras, mulatas, blancas con ganas de blanquearse, cholas
de todos los calibres, mujeres y hombres de la Amazonía; la sensualidad
contraviniendo las normas del poder controlador.
Mientras modernos charlatanes venden el cuento del
desarrollo, Alberto calcula su última celada, la que le permitirá vivir su
logros y sus sueños; pues quien, en s sano juicio, posa para el olvido su
mirada y su rostro de aire profano para ser plasmado en uno de sus innumerables
retratos. Consiente y a salvo de la locura empacada en relucientes cristales,
Alberto persiste en su pasión, en su forma particular de retratar la
existencia.
Vigoroso el mar y sus infinitas tonalidades de azul,
todos los matices del verde para abarcar la serranía; el país desnudo en su
inocencia y orgullo, en esa dignidad que da inventarse los oficios, los
centavos necesarios para calmar el hambre. No es pintura para las galerías y
Alberto lo sabe por eso despliega su concepción de la historia en murales y
paredes, recogiendo a los héroes que niega la patria. Esos hacedores vulgares
de la realidad palpitante, de donde bulle el color, la música, la esperanza y
la alegría. Conspirador del orden, enemigo de artificios y ornamentos; Alberto
ejecuta trazos limpios, seguros sobre la superficie para dejar su huella, su
firma, su arte.
Se van a cumplir sesenta años del apresamiento de Rosa Parks, ciudadana negra, que en 1955, en Montgomery, Alabama, se negó a ceder su asiento de autobús a un pasajero lanco. Fue un simple acto de resistencia que dio inicio a la finalización de la segregación racial en EE.UU.; este simple hecho desencadenó una serie de reacciones en toda la población negar para impugnar aquello que estaba legalizado y que parecía inamovible. Es el mismo año en que nace Alberto con esa incalificable vocación para subvertir y cuestionar, para exponer y exponerse, para cuestionar y construir su propio mundo de colores a su imagen y semejanza. La trocar la pasiva contemplación monacal en una acción irrenunciable de pronunciamiento artístico a favor de los sueños y de aquello que soñamos; no como espejismo colectivo diagramado por los expertos; como sueños colectivo vividos y construidos por su protagonistas, pues eso son lo personajes que pinta Alberto: protagonistas de su propia derrota y de su vocación para despreciar las normas y las convenciones.
!! Saludos
Alberto, por la vida, la pasión y la pintura!!
Pablo Yépez
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lunes, 23 de febrero de 2015
Pornografia al servicio de la cultura desarrollista emanada desde el poder, encaramado en la Plaza Grande
Por: Odiseo Runa
La desnudez de
la mujer es bella, propia del atractivo natural de los sexos y del apareamiento
de los seres humanos para asegurar la preservación de la especie humana, propia
de las tribus originarias. La fertilidad de la mujer, su autoridad política
comunitaria estuvo asociada a la fertilidad de la tierra y a los ritos de la
siembra y la cosecha; al papel del agua, el sol, los astros, los solsticios;
ese erotismo natural ligado a la reproducción de la vida, a la atracción
natural entre los sexos propia de las culturas originarias asociada sin
hipocresía al cultivo de la “Pachamama” fue estigmatizado por los colonizadores
de Ultramar como “herejías”; culturas arraigadas en el espíritu de los pueblos
durante los momentos del éxtasis lunar, de las lluvias plenas y de los soles amasados
junto al trabajo de los pueblos, de hombres y mujeres, ha venido siendo
arrasada por el capitalismo que ha hecho de la desnudez de la mujer –y del
hombre-, una mercancía más: Un instrumento del mercantilismo para la venta de
perfumes, autos deportivos, etcétera. La desnudez erótica y pornográfica de la
mujer, además, es un instrumento de alienación propiciado por la cultura
burguesa e imperialista introducida en la música y la danza, en el cine, en las
artes.
Distinta es la
visión y el arquetipo de la belleza popular que no es hipócrita y que, asociada
a la lucha liberadora se erigió en la imagen de una hermosa joven alzada sobre
los hombros de una abigarrada multitud de manifestantes de la juventud durante
las marchas de la juventud en París en 1968 que recorrió el mundo: Luchas por
la libertad para los oprimidos; belleza de la mujer combatiente que brilla con
fulgor en sus ojos, en su risa, en las curvas naturales de su anatomía pródiga,
en la armonía vital destacada por Da Vinci; pero sobre todo en su pensamiento y
participación activa en la lucha política liberadora. Tales son las
características propias de incontables mujeres que han optado por la
participación en las luchas liberadoras que se cuecen durante siglos en las
tierras de la Mitad del Mundo a cuya altiva fisonomía pertenecen Rosa Paredes,
Manuela León, Manuela Sáenz y tantas innumerables mujeres que han construido la
cultura popular, democrática y emancipadora del Ecuador, todas pródigas en
talento, reciedumbre, vuelo espiritual libertario y belleza propia de la
naturaleza de ser mujer.
A esta
semblanza, categoría, espíritu recio de la mujer manabita y ecuatoriana
pertenece la dirigente del Victorioso Paro de la UNE de Octubre del 2009 que
hizo huir con el rabo entre las piernas al Mandarín de Palacio a Venezuela –una
de las razones de su odio que riega entre los asquerosos twiteros de la
pornografía palaciega-; a esa categoría de la mujer ecuatoriana luchadora por
la emancipación e irreverente contra el poder burgués emanada de la cultura
desarrollista que ha hecho del arte, de sus artistas y sus Belfas de la
Asamblea y Ministerios bajo su dominio hegemónico, responde, -Tras caer en mayor descrédito con la
publicación del Libro del General Gonzáles respecto de que no hubo Golpe de
Estado “blando”, ni secuestro, el 30 de Setiembre-, la visión estética
burguesa desarrollista del caudillo; a su ética atrabiliaria e inescrupulosa de
intentar imponer un modelo mayormente dependiente del capital financiero
internacional y de enriquecimiento de las oligarquías criollas, responde la
acuciosa y desesperada intentona de desdibujar la figura de la maestra
insurgente, de la madre de dos hijos educados en la filosofía del vivir modesto,
sano, libre, activo, alegre y vigoroso; del diario trajinar en la escuela y en el
combate liberador; de la mujer emancipada y emancipadora, dirigente reconocida por
los maestros y los pueblos; de la mujer popular lideresa de la Unidad Popular
integrante de la CONFEMEC, quien fuera asambleísta alterna y segunda dirigente
del agredido e ilegalmente borrado del
Registro Electoral, el MPD de Jaime Hurtado por el gobierno despótico: Tal es
la agresión contra la mujer popular mestiza, indígena y negra que enriquece la
construcción de la Cultura Popular del Ecuador de hoy, materializada en la
ignominiosa y procaz agresión a la educadora altiva y bella, a la dirigente
revolucionaria de la UP: Mary Zamora.
El dobles del
gobierno que se lava las manos e intenta en vano desentenderse de la labor abyecta
de sus twiteros pornos, queda al descubierto, pues: ¿A quién interesa
desacreditar a la lideresa revolucionaria Mary Zamora sino al gobierno? ¿a
quién sino para justificar su intento atrabiliario e ilegal de someterla a
prisión manipulando la Fiscalía -en manos de su pariente- buscando anular la
sentencia de inocencia ya dictaminada en última instancia al más alto nivel de
la Justicia? ¿A quién sino, quien, en innumerables sabatinas sexistas ha
atacado procazmente a Mary Zamora por su calidad de dirigente revolucionaria?: El
nombre de esta infamia tiene en su cúspide autoritaria al caudillo de la Plaza
Grande; desacredita, más, a su gobierno neocolonial y mercantilista. Pues nadie
más que Él, representante de esa cultura reaccionaria, despótica y anti patria es
quien odia y teme a los pueblos alzados y a las mujeres rebeldes.
Que esos
descalificados montajes que agreden a la mujer popular son elaborados por la
Lengua Oficial de la Plaza Grande está claramente determinado porque una es la
visión estética y ética de la Unidad Popular que configura la belleza de la
mujer asociada al trabajo y a la actitud rebelde, libertaria; y otra es la
visión mercantilista, erótica y pornográfica de la mujer y de las artes
gráficas pornógrafas que ha incrementado el descrédito del caudillo y sus
adláteres contra-propagandistas de la Plaza Grande por infames,
desacreditadores mentecatos, serviles, ignominiosos, burros pie de la estética y la ética del poder
mercantilista desarrollista correista.
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