miércoles, 10 de diciembre de 2014

Y se dañó la licuadora!! fabricadas para no durar




Por Henry Izurieta • henryzurieta@email.com

Quizá a usted le ha sucedido lo mismo que a nosotros.  Hace menos de un año compramos una licuadora, que ahora ha dejado de funcionar. Lo mismo ocurrió  con la lavadora, que por una simple banda que no hay en el mercado no se reparó; pasa igual con la ropa que pierde sus colores; con los zapatos que se desgastan muy rápido; con el celular que con el cambio de tecnología ya no es útil; y un largo etcétera que abarca prácticamente a todo lo que utilizamos. ¿Qué pasa con la tecnología, que ha alcanzado semejante desarrollo pero no puede hacer que mi licuadora dure un poco más?

Hay otro grupo de artículos que, hay que reconocer, todavía siguen funcionando pese a los años.  Me sucede con la televisión, pero mi hijo quiso estar con el último alarido de la tecnología y se compró un plasma de muchas pulgadas, claro, incluido un blueray. Ahora no hay una televisión en casa, hay dos. Sé de hogares que tienen muchas más.  Lo mismo sucede con el celular, la computadora de la casa y de la oficina:  se los cambia aunque no haga falta.

El caso de los automóviles es la unión de ambos eventos. El auto que sale nuevo del almacén debe someterse a un régimen de cuidado para mantenerse en buenas condiciones, lo que incluye la compra frecuente de repuestos. Además porque el seguro lo exige.  Al pasar de los meses o años la compra de repuestos se vuelve insostenible y el dueño, ayudado por la propaganda, llega a la conclusión de que es preferible comprarse uno nuevo. Y el ciclo se repite.


Todos nos preguntamos ¿por qué los aparatos duran menos? Inocentemente nos respondemos: “es por falta de calidad”, y llegamos a la conclusión de que es preferible comprar los productos de las mejores marcas, como sinónimo de calidad, y pagar más, ¡pero el fenómeno igual se repite!

La obsolescencia programada

Por los años veinte del siglo XX importantes fábricas de todo el mundo comenzaron a hacerse preguntas como: “si toda la gente ya compró mis productos, entonces ¿qué les vendo?” Los que primero tomaron la iniciativa en responder la pregunta y concretarla en hechos fueron los fabricantes de focos. Más o menos respondieron así: “pues tienen que volver a comprarme lo antes posible”. En la navidad de 1924, en Ginebra, se reunieron los fabricantes de bombillas de todo el mundo, se repartieron el mercado y decidieron que un foco debía durar mil horas, o sea menos que las 2500 horas que Thomas Edison, su inventor, había definido en el siglo XIX.

Había nacido así la “obsolescencia programada”, cuyo concepto tecnológico es investigar la forma en que un artículo dure menos para obligar al consumidor a reemplazarlo. Es un secreto a voces, actualmente utilizado por la mayoría de los grandes fabricantes.

Brooks Stevens, un diseñador industrial que recorrió Estados Unidos en los años 50 promoviendo la obsolescencia programada, sostenía: “El enfoque americano es crear un consumidor insatisfecho con el producto que ha disfrutado, que lo venda de segunda mano y que compre lo más nuevo con la imagen más nueva.” 

Lo pusieron en práctica Y les funcionó.  Nació el consumismo. En esta versión se logra que “libre y voluntariamente” el consumidor desee cambiar de artículo, por otro nuevo y de mejores prestaciones, incluso de mejor y distinta imagen.

Ya sea que los artículos intencionalmente duren menos de lo deseable o la moda nos impulse a cambiarlos, lo cierto es que la sociedad actual se basa en comprar. Quien lo hace se siente libre y feliz, hasta que llega la cuenta o la publicidad del nuevo artículo. “Compras frecuentes y repetidas” es el deseo del fabricante y vendedor, cumplido a costa del bolsillo del consumidor.

Gracias a ese comportamiento es que se han levantado gigantes económicos como Sony, Microsoft, Ikea, Ford, Osram, Toyota.  O han acumulado fortunas Carlos Slim, Bill Gates, Amancio Ortega, Liliane Bettencourt. O han crecido las economías de ciertos países hasta convertirse en potencias o imperios: Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, ahora China.

El poder manipulador de la obsolescencia programada es objeto de fuertes críticas incluso en su propio inicio. Las hay desde diversas ópticas. Las políticas que van desde el anuncio de las consecuencias sociales de la manipulación hasta las críticas sobre el fin del capitalismo.  Las económicas, que plantean la insostenibilidad de un sistema que pretende crecer hacia el infinito utilizando recursos finitos. Las ecologistas, que denuncian la incapacidad del medio ambiente para soportar y procesar los desechos producidos por esta forma de consumo. Las éticas, que cuestionan el “olvido” de los principios a cambio de aumentar las chequeras.

No hay duda de que la tecnología contribuye a la solución de un sinnúmero de problemas humanos y que ha contribuido al bienestar de miles de millones de personas.  Tampoco hay duda que esa tecnología en las manos de quienes actualmente la tienen persigue como principal fin el aumento de su rentabilidad a través de la solución real o superflua de los problemas humanos, utilizando una suerte de manipulación totalmente cuestionable. “Si no compras tal cosa no eres feliz o no eres importante.” 

También queda claro que atacar la raíz del problema de la obsolescencia programada es dejar sin piso al propio sistema capitalista, que tiene en el consumismo a su motor. Esto es lo que posibilita el trabajo de arquitectos, ingenieros,  diseñadores, secretarias, políticos, guardias, vendedores, dicen sus defensores. Pero sus detractores sostienen que de seguir así nos quedaremos sin planeta.

Las soluciones

¿Se ha puesto a pensar cómo sería una sociedad sin consumismo?

Al respecto ya se perfilan varias iniciativas que intentan resolver esta problemática.

Para comenzar, la denuncia es un elemento importante para la toma de conciencia de la gente. Si desea obtener más información  puede buscar en Youtube o en www.rtve.es el video “comprar, tirar, comprar”.  Otro muy interesante es la “historia de las cosas” en www.storyofstuff.org/.

Desde el lado de los grandes empresarios se construye la idea sobre la complementariedad entre sostenibilidad y crecimiento económico que persigue incluir los “costos ocultos” en la fabricación de los artículos, lo cual podría aumentar sus precios, según dicen, en 20 o 30 veces, y ser un poderoso incentivo para los fabricantes que, entonces, podrían elaborar productos más durables.  Ya me veo pidiendo un préstamo para comprar un foco.

Otra propuesta se denomina “de la cuna a la cuna”. Plantea que las fábricas funcionen como la naturaleza, es decir, lo que para una planta en la naturaleza es inservible y lo desecha, es la base para el sostenimiento de otro ser vivo. Sostiene que la fabricación de artículos podría copiar este “ciclo virtuoso” de la naturaleza.  De ser aplicado sería posible mantener el concepto actual de consumismo pero a condición de rediseñar los procesos productivos logrando que todos sus componentes sean biodegradables, así la basura se integraría nuevamente sin problema a la naturaleza. Aunque no está claro lo que sucederá con las materias primas, cada vez más escasas.

Un tanto más radical es la propuesta conocida como “decrecimiento” que promueve el abandono del concepto del crecimiento económico, reduciendo la huella ecológica, el despilfarro, la sobreproducción, el consumismo.  Así, dicen sus proponentes, quedará tiempo para otras formas de riqueza como la amistad, el conocimiento.  Si la felicidad tuviera directa relación con el consumo, sostienen, hace rato debimos alcanzarla pues ahora se consume 25 veces más que en la época de Marx. Sus críticos dicen que esto nos llevaría a la edad de la piedra, sus promotores dicen que no, solo hasta el nivel de los años 1960. Yo me pregunto, en esta propuesta, ¿en dónde quedan los grandes monopolios?, importante conocer pues son los “tomadores de decisiones”.

La solución a este problema de la obsolescencia programada fuera del contexto del sistema capitalista no se menciona, ni siquiera por asomo.  La eliminación del sistema económico-político que le dió origen sería una alternativa que solucionaría de raíz el problema. Esa es una opción.  Otra sociedad es posible y allí deben volver al debate las propuestas que hagan los comunistas, seguramente de la mano con los ecologistas, para enfrentar el consumismo, subsanar la huella ecológica que deja la humanidad en el planeta, subsistir en un planeta con recursos finitos.  En fin, para que seamos felices en familia, en comunidad, en humanidad, como parte de la naturaleza. 

viernes, 28 de noviembre de 2014

Código Orgánico Integral Penal



Redacción Rupturas

La ley penal goza del principio de reserva de ley, que no es otra cosa que la potestad exclusiva de la que goza el poder legislativo para crear, modificar o derogar leyes; en suma, la definición de las conductas relevantes para el derecho penal, corresponde determinarlas solamente al legislador integrado en la función legislativa del Estado. De este escenario político deviene la creación de los tipos penales o su anulación, así como la determinación de las penas para cada uno de esos tipos penales. La creación de la ley penal queda sometida al ejercicio del poder público y este, subordinado a la correlación de las fuerzas políticas que actúan por delegación del pueblo soberano, que es el ente social que retiene para sí la soberanía pero que no la ejerce directamente, sino a través de la delegación que otorga a los representantes de elección popular mediante las elecciones, que la burguesía  denomina “fiesta de la democracia”. Ciertamente es una “fiesta”, ya que en esos procesos electorales controlados por el poder central es donde se festinan los intereses del pueblo y la nación.

La ley penal es, entonces, el termómetro de la democracia. Mientras más se amplían las conductas declaradas de relevancia penal, disminuye la diáspora democrática; si a las penas no se las considera como retribución por las conductas lesivas sino de prevención general, es decir, concebidas para que sirvan de escarnio social, disminuye el concepto democrático de la vida social; si la ley penal hace un acumulado de penas, introduce el concepto de punición represiva y autoritaria del Estado, agravando la situación de los infractores en el contexto de la vida social. Si la ley penal se hace de la vista gorda frente a determinadas conductas individuales que lesionan el interés público, como es el caso del peculado y, por el contrario, pone mucho ojo en las conductas colectivas que son contestatarias al régimen, estamos frente a claras posiciones fascistas, retardatarias y francamente reaccionarias que buscan eliminar la protesta popular. ¡Así de sencillo!

Miremos desde la década de los sesentas: la instalación de una dictadura militar oprobiosa, de corte anticomunista, durante la cual todo pensamiento progresista era considerado crimen contra el Estado; la dictadura velasquista de los setentas persiguió a sangre y fuego la lucha popular y asesinó a los dirigentes sindicales y populares; la dictadura que siguió al velasquismo  instaló tribunales especiales y persiguió la acción popular progresista. Luego se abrió el denominado “reencuentro democrático” inaugurado por Jaime Roldós Aguilera, época de florecimiento de la socialdemocracia, que permitió una apertura democrática habilitada para la acción popular, con el intervalo de la negra noche del febrescordersimo, caracterizada por desapariciones forzosas, crímenes contra dirigentes populares, encarcelamientos y persecución policial.

Frente a esa brutal represión de las dictaduras militares pro imperialistas vinculadas al plan Cóndor, como respuesta a la falacia socialdemócrata y al febrescordersimo antisindical y antipopular, el pueblo ecuatoriano, los trabajadores, los artesanos, las amas de casa, los maestros, el movimiento campesino e indígena, la juventud rebelde, los hombres y mujeres patriotas, llegamos a Montecristi para instalar una Asamblea Constituyente, que nos permitió la redacción de una Carta Magna democrática, inclusiva, que recogió la diversidad cultural y la necesaria unidad nacional para construir una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, una sociedad que respete en todas sus dimensiones la dignidad de las personas y de las colectividades, un país democrático, comprometido con la integración latinoamericana, como herederos de las luchas sociales de liberación frente a todas las formas de dominación y colonialismo. En este marco, el pueblo ecuatoriano entregó un mandato a Rafael Correa para que enarbole nuestras banderas de liberación social y nacional.

¿Qué tenemos hoy? Un acuerdo político de Correa con los empresarios que se expresa en el Código Monetario, en el Código del Trabajo, Código de la Producción, Ley de Aguas, COOTAD, Ley de Hidrocarburos, limitación a la contratación colectiva, Ley de Seguridad Social; tenemos un Tratado de Libre Comercio TLC con Europa; el reingreso al sistema financiero mundial regido por el FMI y el Banco Mundial; desaparición de partidos políticos, eliminación de organizaciones sociales con el Decreto 016; penetración en el Bosque Protegido Yasuní y desarrollo de la política extractivista a través de la minería en gran escala y a cielo abierto…

Tales logros del caudillo y de la “revolución ciudadana” deben ser protegidos a través de un sistema efectivo de control social, para lo cual creó el Código Orgánico Integral Penal COIP, que incorpora a la función judicial en la criminalización de la lucha del pueblo por su Patria, por su vida, por el derecho a afirmar sus logros y conquistas, por el derecho a construir un gobierno popular, democrático, que siente las bases materiales, técnicas y culturales de la sociedad socialista. El derecho constitucional del pueblo a la resistencia ha sido abolido  por el régimen y, en su lugar, ha penalizado las conductas individuales y colectivas que se oponen a las políticas públicas del arrogante caudillo neofascista.

Se han creado en el COIP los tipos abiertos, esto es, aquellas leyes penales que contienen varios y amplísimos preceptos, con un sinnúmero de verbos rectores que se agrupan bajo conceptos de rebelión con pena de cinco a siete años de prisión; sedición, con pena de uno a tres años; paralización de un servicio público, con pena de uno a tres años; sabotaje, con pena de cinco a siete años; incitación a discordia entre ciudadanos, con pena de uno a tres años; terrorismo, con pena de diez a trece años. Las conductas que se prevén en estas normas abarcan un amplísimo abanico hipotético, bajo el cual la fiscalía acusa y el juez sanciona pues, de facto, Correa eliminó la independencia de la función judicial que hoy está subordinada al Consejo de la Judicatura, al Ministerio del Interior, al Ministerio de Justicia y al propio presidente Correa.


Las “enmiendas” a la Constitución y la reelección buscan desmantelar la Constitución de Montecristi, anular derechos y garantías y consolidar un sistema neofascista que aplaste toda forma de reacción popular.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Yasuní: entre responsabilidades y alternativas

Por Edgar Isch
 
Probablemente es Pilatos el político más famoso por responsabilizar de sus propias decisiones a los demás. Su gesto de "lavarse las manos", ha ingresado en el lenguaje popular para identificar a los que se justifican poniéndose como víctimas de lo que hacen otros. El juicio a Jesús fue además un ejemplo del absurdo de poner en plebiscito los derechos y la vida de alguien. La mayoría cayó en la trampa y decidió, como para recordarnos que ser mayoría no es igual que tener la razón y que, quien cuenta hoy con una mayoría, la gozará sólo transitoriamente. Del linchamiento mediático, podemos presuponer que de éste se hicieron cargo los sacerdotes, como aparato ideológico de los poderes de la época, que tenían su "sabatina" en cada ceremonia religiosa.

Tras la edición de explotar el crudo en el ITT, muchas personas han resaltado que responsabilizar al mundo entero no es sino otra forma de "lavarse las manos". Para colmo, hay que alertar que en la justa consulta popular planteada por las organizaciones sociales, no se puede incluir una decisión sobre la vida de los Tagaeris y Taromename, para no repetir dramáticamente la historia, sino que la consulta trata exclusivamente de lo planteado en la pregunta sobre dejar el crudo bajo suelo de manera indefinida. Pero el discurso de quienes apoyan la decisión gubernamental, en buena medida está dirigido a desconocer no sólo la presencia de estos pueblos en los bloques que se explotarán, sino incluso en todo el parque. Si no existe no puede tener derechos, pensarán, como en su momento han actuado todos los colonizadores.

Pero quien toma la decisión final, quien firma un decreto, es una persona con nombre y apellido. No importa el justificativo que se ponga y menos aún cuando la iniciativa de dejar el crudo bajo suelo fue, desde un inicio, superada por el por el llamado Plan B del gobierno. Basta recordar que, inmediatamente de lanzada la iniciativa Yasuní-ITT, el entonces gerente de Petroecuador realizó negociaciones con empresas estatales de otros países para la explotación del bloque; que se firmó un convenio en esa dirección con PDVSA; que cuando ya se tenía importantes avances que permitirían cumplir con las metas económicas el Presidente Correa, el 12 enero 2010, detuvo la firma del fideicomiso y planteó que los países aportantes podrían meterse sus centavitos por las orejas; que se anunció la firma del fideicomiso en la cumbre mundial de cambio climático de Copenhague, pero que se la suspendió; que se cambiaron los límites y forma de bloque 14 para que limite con el bloque ITT; que desarrollaron trabajos en el bloque 31, también contiguo al ITT; que se denunciaba los avances de trabajos en Tambococha; entre otros hechos.

Con estos antecedentes, fue el gobierno ecuatoriano al que dio un mensaje al mundo que señalaba que priorizaba el plan B que, con los plazos insistentemente colocados para verificar si ya se había reunido dinero suficiente, se anunciaba la proximidad del día en que se declararía muerto el plan A. Esto, incluso, mucho antes de los 13 años que se había estimado como necesarios para completar el monto esperado para el fideicomiso. Y dio otro mensaje: no importa la ética de una acción, sino cuanto beneficio recibo a cambio. Triste lección moral para la niñez ecuatoriana.

Cierto es que la respuesta de las potencias capitalistas las delata también por su falta de interés en enfrentar con coherencia problemas globales como el cambio climático. No es la primera vez, es el fracaso del mercado de carbono y el protocolo de Kyoto, a pesar de la tibieza de este último, son parte de las expresiones de cómo priorizan lo económico por encima del futuro de la humanidad. Los gobiernos de Estados Unidos e Inglaterra, que desde un inicio se manifestaron opuestos a una iniciativa como estas, son quienes, al igual que en otros casos, cumplieron el peor papel. Funcionarios de derecha en Alemania lo hicieron igual, pero hay que recordar que el Congreso de ese país había formalmente aprobado el apoyo a la iniciativa antes de que se les pida que se lo guarden en las orejas.

Pero la respuesta de los otros no es lo fundamental cuando una autoridad toma una decisión. Lo fundamental es estar convencido de esa decisión. Y así es como ha actuado el gobierno de Costa Rica, que sin siquiera llamarse progresista, excluyó radicalmente la explotación petrolera en sus áreas naturales y, en noviembre de 2011, se declaró país libre de la minería a cielo abierto, sin pedir un centavo al resto del mundo, sino con la seguridad de que incluso desde el mero análisis económico, esa era la mejor opción para un país pobre y para el futuro de las nuevas generaciones.

En nuestro caso, otro factor que debe ser considerado, es que el discurso gubernamental ha cambiado tanto que en muchas partes del mundo podrían estar pensando si acaso el Ecuador quiso engañarles presentando información que ahora es negada por el propio gobierno. ¿Podrán creer, ahora, que se pedía tanto apoyo sólo por el 1 por 1000 del parque, que aunque se saque petróleo no habrá daños y que los pueblos libres no contactados no han tenido presencia? La imagen internacional del Ecuador se verá también afectada con la declaratoria de muerte a la iniciativa Yasuní-ITT.

La alternativa fue y es dejar el crudo bajo suelo

Un desafío de quienes están a favor de la explotación petrolera en el Yasuní- ITT, es que se les presenta de otra alternativa para tener esos recursos. Desafío tramposo puesto que la alternativa era y es dejar el crudo bajo suelo, y esto por varias razones:

-        Porque es una alternativa real para la mitigación del cambio climático a nivel del mundo, convocando a un verdadero cambio en la forma de producir y consumir energía a nivel global.
-        Porque es una alternativa que "desde una perspectiva integrada y multidimensional, la iniciativa Yasuní-ITT es más favorable para el Ecuador, frente a las versiones de extracción petrolera en el campo ITT" según lo constata el estudio "La iniciativa y Yasuní-ITT desde una perspectiva multicriterial”, realizado por María Cristina Vallejo, Carlos Larrea, Rafael Urbano y Fander Falconí, en 2011.
-        Porque se evitaba actividades de alto riesgo y, por tanto de alto impacto social y ambiental, en una de las áreas más vio diversas y más frágiles del planeta.
-        Porque permitía avanzar en la construcción del Sumak Kawsay y en una transición a un modelo productivo post extractivista.
-        Porque la comisión que permaneció hasta 2010 había logrado compromisos y ofrecimientos por unos 1.600 millones, una cifra extraordinaria en poco tiempo, que indicaba las posibilidades plenas de éxito.

Para exigir nuevas alternativas, se ha planteado que la opción es entre extraer petróleo o pobreza. Conclusión falsa si se considera que hay países con pobreza reducida y alto desarrollo a pesar de no tener recursos como petróleo y minería, mientras existen otros que han hecho ese tipo de explotación por décadas, incluyendo el Ecuador, y que están inundados de pobreza. Porque la pobreza tiene que ver con la distribución de la riqueza socialmente producida y no con cuál es su fuente de producción. Y en un país tan inequitativo como el nuestro, en el que además este gobierno ha tenido más recursos y más tiempo que ningún otro, la pobreza existe y se insiste en fórmulas para apoyar al gran capital privado tales como la legalización de las camaroneras establecidas y legalmente destruyendo manglares (y el gobierno dice que se preocupa por la deforestación), las reformas a la ley minera e incluso las reformas al código de trabajo. Esto se corresponde a una declaración de Rafael Correa que no debe ser olvidada:
"básicamente estamos haciendo mejor las cosas con el mismo modelo de acumulación, antes que cambiarlo, porque no es nuestro deseo perjudicar a los ricos, pero si es nuestra intención tener una sociedad más justa y equitativa" (El Telégrafo, 15 de enero de 2012).

Si no se quiere afectar ni perjudicar a los que se llevan el mayor pedazo del pastel, lo único que se puede hacer es afectar a los más pobres y a la naturaleza que la sustenta todos. Y eso es lo que se está haciendo. Pero si se quiere resolver el problema de la pobreza, lo que hay que hacer redistribuir la riqueza y para ello se ha planteado una serie de fórmulas posibles que tienen que ver con la nacionalización de las telefónicas, con beneficios tributarios que reciben los más grandes grupos monopólicos para qué paguen impuestos igual que el resto de ciudadanos, entre varias otras. Incluso a nivel contable hay fórmulas presentadas como la reestructuración de la deuda pública o la reducción de los gastos de publicidad del gobierno central, que también posibilitarían contar con grandes recursos.

Es decir, que si lo que se quiere tener es recursos, hay fórmulas más eficientes, que entregarán mayores cantidades que explotando ese crudo pesado y con resultados en menor tiempo que la explotación petrolera. Pero para ello se requeriría priorizar la redistribución de la riqueza y romper con el deseo de no perjudicar a los ricos. El gobierno ha apuntado al extractivismo y afectar a los más débiles de la pirámide social, arriesgándose incluso al etnocidio de los pueblos no contactados.

sábado, 8 de junio de 2013

21 Años de la Matanza de la Cantuta



Por OMAR MENESES

Matanza de la Cantuta

Matanza de Barrios Altos


En un hecho que genera jurisprudencia internacional, el actual Presidente Constitucional de la República Ollanta Humala Tasso ha emitido su veredicto en relación al “indulto humanitario” solicitado por el Reo condenado a 25 años de prisión por cometer DELITOS DE LESA HUMANIDAD.

Como ya hemos comentado anteriormente, el periodista Edmundo Cruz en su artículo publicado en el diario La República (Julio del 2012) contribuye a establecer claramente la ligazón de la Matanza de “La Cantuta” con el atentado en la calle Tarata de Miraflores ocurrida dos días antes, el 16 de julio de 1992 a las 21:20 horas.

La investigación periodística de Edmundo Cruz nos despejó todas las dudas sobre la política del Estado Burocrático-Militar de responder medida por medida y con todo el arsenal estatal al ultraizquierdismo gonzaliano durante esos años de la guerra interna que vivió el país y que involucró a todos los ámbitos de la sociedad, a la par que esto le permitió establecer las nuevas condiciones del Capitalismo que a nivel mundial desarrollaba su feroz embestida contra el Socialismo y los Derechos Laborales de la clase trabajadora.

Es menester recordar que el 05 de Abril de 1992 el reo Fujimori organizó el Autogolpe de Estado en coordinación con la cúpula militar y los magnates de la Confiep-SNI. Para ello decretó la disolución del Congreso, la Intervención al Poder Judicial donde la tropa que tomó sus instalaciones sacaba desde el segundo piso cantidades de cajas embaladas conteniendo expedientes judiciales y desapareciéndolos para siempre, dictaminó la nueva legislación antisubversiva así como el andamiaje legal que hasta hoy día conculca derechos laborales y subrogando a miles de trabajadores públicos reemplazándolos con la modalidad de Servicios No Personales sin derechos ni nada, golpeando a las organizaciones sindicales y las negociaciones colectivas, y convocando al “congreso constituyente” que aprobó en 1993 su írrita constitución.

En Mayo de 1992 ordenó la liquidación física de todos los dirigentes nacionales del ultraizquierdismo gonzaliano presos en el Penal de Canto Grande, en la tercera masacre de los penales hecho cometido por el “Grupo Colina” que hizo selectivamente este operativo.

En Setiembre del mismo año capturó al dirigente máximo Abimael Guzmán Reynoso a quien hizo firmar el “Acuerdo de Paz” que solo sirvió para sus fines de re-elección y re-re-elección como tendencia dominante. Paradójicamente con la captura de Guzmán se acabó oficialmente la subversión.

Lo que hoy día tenemos que recordar es que ninguno de los nueve (09) estudiantes ni el profesor de “La Cantuta” asesinados en ese lúgubre episodio de nuestra vida republicana pertenecieron a las filas del ultraizquierdismo gonzaliano, lo que quedó demostrado en el Juicio al reo Fujimori.

Igualmente debemos recordar que el reo Fujimori, acusado de crímenes de lesa humanidad y supuestamente perseguido por Interpol en todos los países del mundo, RENUNCIO a su cargo de Presidente del Perú vía Fax desde el Sudeste Asiático, se refugió en Japón donde sacó a relucir su DOBLE NACIONALIDAD, vivió a cuerpo de rey durante cinco años en el país del sol naciente donde postuló al Congreso Japonés como Diputado, luego viajó de Tokio hacia Los Ángeles (EEUU) y de allí a Santiago de Chile sin que fuera detenido por ningún agente policial de país alguno. Cuando llegó a Santiago de Chile tenía preparada su táctica para retornar al Perú como lo hizo el ladrón Alan García años atrás cuando prescribieron o hicieron prescribir sus delitos. Vivió nuevamente a cuerpo de rey en una exclusiva mansión chilena que le fue proporcionada por sus amigos capitalistas a quienes benefició con negocios en nuestro país  mientras duraba su Extradición hacia nuestro país. Y el Poder Judicial Chileno no pudiendo evitar su extradición condicionó ésta a sólo los delitos de: las matanzas de "Barrios Altos" (1991) y " La Cantuta " (1992), y el secuestro del Periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer.

Hoy sigue viviendo a cuerpo de rey en el exFundo Barbadillo de la PNP en Ate-Vitarte en instalaciones construidas y supervisadas por él mismo, con dinero que robó de las arcas fiscales, y utilizó, utiliza y seguirá utilizando su cárcel dorada como local de su organización política desde donde ejerce la dirección de su bancada y desde donde gestionó, paso a paso, su campaña por dar lastima y lograr una gracia presidencial que NO MERECE.

Hoy podemos hacer este comentario con la fuerza de la razón histórica que siempre nos asistió y con la vigilia que hemos realizado contra el Reo Condenado a 25 años de prisión por DELITOS DE LESA HUMANIDAD. Esta vigilia se contabiliza desde el momento en que fue capturado en Santiago de Chile.

Este veredicto le da la razón a las víctimas inocentes contra quienes cometió crímenes horrendos, tipificados en la figura de  AUTORIA MEDIATA, tal y como lo ha definido el Derecho Internacional contra Criminales de Guerra y Genocidio.

lunes, 25 de marzo de 2013

El cebiche prohibido

Por Francisco Febres Cordero

¿Es que no sabes que los sábados está prohibido comer cebiche? El muchacho bajó la cabeza y respondió: “Bueno, entonces pidamos pizza”.

Me contaba un amigo que un sábado cualquiera, ante la eterna disyuntiva familiar de ¿y ahora qué almorzamos?, su hijo adolescente votó por el cebiche. Entonces a la madre le nació una respuesta dictada por sus ganas de fregar: ¿Es que no sabes que los sábados está prohibido comer cebiche? El muchacho bajó la cabeza y respondió: “Bueno, entonces pidamos pizza”.

Si por lo menos el chico hubiera inquirido quién carajos había prohibido comer cebiche los sábados, habría denotado cierta actitud de rebeldía. Pero, curiosamente, su sumisión fue total, absoluta: alguien, en algún lugar ignoto, impone las reglas, y estas son de tal naturaleza que hay que acatarlas sin preguntar ni, peor, replicar.

El padre del mozalbete estaba desconcertado. Él, que en su juventud había protestado ante cualquier signo de imposición, que había buscado afanosamente todos los espacios para ejercer su libertad, que había sido un permanente transgresor, no alcanzaba a entender cómo su hijo, ante la broma de su madre, bajó la cabeza en lugar de levantar el puño.

Son esos, tal vez, los signos de los nuevos tiempos.

Esto también, al principio, nos pareció una mala broma: un día apareció la prohibición de beber cerveza los domingos, con el argumento de que con esa medida bajarían los índices de criminalidad en el país. Lo terrible fue que, como el muchacho del cebiche, bajamos la cabeza y acatamos esa norma impuesta por la prepotencia. Una regla tan absurda ¿obedeció tal vez a la mentalidad puritana y obtusa de quien se la inventó o, por el contrario, respondía a una política de más largo valiento que intentaba regular nuestro comportamiento hasta en los asuntos más personales, íntimos y baladíes?

Después, el miedo. El miedo a la sanción. La existencia de una autoridad omnímoda que va, poco a poco, reglando nuestros actos, restringiendo nuestra voluntad, mermando nuestra potestad de hacer.

Y, entonces, el silencio. Ese territorio cruel que nos sepulta y, de seres de carne y hueso, nos convierte en fantasmas, seres incorpóreos, enmudecidos y enceguecidos: no vemos lo que vemos, no hablamos sobre lo que escuchamos, no opinamos sobre lo que sentimos.Sumisamente, nos recluimos en un espacio en el cual la realidad se reduce al ámbito personal, con prescindencia de todo lo que nos envuelve.

Son signos de los tiempos. Alzar la voz, decir lo que uno piensa merece la réplica feroz de la autoridad suprema, que se ha erigido en dueña de la verdad, de la razón, y a la que hay que demostrar no solo respeto, sino, sobre todo, obsecuencia. Ejecutar cualquier acto que manifieste inconformidad, peor si es con un puño levantado, tiene como réplica la acusación de rebelión o terrorismo que termina con nuestros huesos a la cárcel.

Nos encaminan en columna hacia donde la autoridad más alta del Estado considera que debemos ir, y hacia allá vamos, en silencio y temblorosos.

¿Y el cebiche? Ojalá que lo que comenzó siendo una broma familiar no se haga realidad nunca de los nuncas y podamos seguir comiendo cebiche… aunque sea sin cerveza.

viernes, 8 de marzo de 2013

Avanzar en el objetivo de la emancipación de las mujeres trabajadoras


por Cecilia Jaramillo J.* 

La historia de la humanidad registra innumerables esfuerzos de las mujeres por conseguir la igualdad de condiciones y oportunidades para participar en la vida económica, social, cultural y política de la sociedad; sin embargo, la idea de la liberación de las mujeres germinó en tierra fértil con el surgimiento de las ideas socialistas a finales del siglo XIX y comienzo del siglo XX.
La explicación científica que dieron Marx y Engels sobre la condición de explotación y subordinación de las mujeres, se expresa “El Origen de la Familia, de la Propiedad y del Estado”, de Engels, que además plantea para los socialistas, la necesidad de luchar por la liberación de las mujeres trabajadoras y de los distintos sectores explotados de la sociedad, para acabar con el poder del capitalismo y las estructuras patriarcales, como un aspecto indisoluble para la edificación del socialismo. La frase de Marx, “La opresión del hombre por el hombre se inició con la opresión a la mujer por el hombre”, tuvo un impacto ideológico en las filas revolucionarias que abrió el camino a la incorporación de las mujeres en las filas del partido Comunista.
Clara Zetkin, desde 1890, inmediatamente después de la fundación de la Internacional Socialista, comenzó a hablar, escribir y organizar la lucha de las mujeres para integrarlas a la lucha socialista. Proyectaba la visión de que ellas tomaran su lugar en la lucha de clases, su lugar en la revolución socialista que estaba en un proceso de organización en Europa y Rusia. La realidad en aquel comienzo de incorporación de las mujeres a este proceso era muy dura: partido y sindicato eran cosas de hombres. El peso de las costumbres, de las religiones y de las normas vigentes en la sociedad generaba un ambiente desfavorable para que las mujeres se atrevan a participar en la lucha política de sus hermanos de clase contra la explotación del capitalismo y por la instauración del socialismo..
En este escenario, surgieron con mucha fuerza los liderazgos de mujeres comunistas, socialistas y de pensamiento progresista, que crecieron en la confrontación a esas ideas y costumbres caducas y retardatarias. Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo, Alexandra Kollantai y muchas otras, dejaron sus huellas con sus propuestas para organizar a las trabajadoras en las filas revolucionarias.
Para este propósito, fue determinante el debate para poner en la discusión la importancia del socialismo para la emancipación de las mujeres. Los escritos de August Bebel, en 1885, con el libro “La Mujer y el Socialismo”, “La Nueva Mujer y la Moral Sexual”, de Alexandra Kollontai, los escritos de Clara Zetkin y “Sobre la emancipación de la Mujer” de Lenin constituyeron los pilares teóricos que sustentaron la necesidad de incorporar a las mujeres al movimiento revolucionario, a motivar su participación política por su propia liberación y por la emancipación de toda la humanidad.
Las mujeres socialistas crean el Día de la Mujer
Las mujeres socialistas, lideradas por Clara Zetkin, en la 1ª Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas, en 1907, en Stuttgart, 58 delegadas de 14 países elaboraron una proposición que comprometía a varios Partidos Socialistas a entrar en la lucha por el voto femenino. La resolución fue elaborada, en la víspera, en la casa de Clara Zetkin, por ella y dos camaradas, sus huéspedes: Rosa Luxemburgo y la única rusa de la Conferencia, Alexandra Kollontai.
Paralelamente, en este mismo año, 1910, el Partido Socialista americano organiza una celebración para recordar la masacre de las obreras textiles de Nueva York, que fueron brutalmente reprimidas en 1857. Esta celebración fue reivindicada en la 2 ª Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas realizada en Copenhague en 1910; a partir de esa fecha, quedó definido el 8 de marzo como el DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA..
La celebración a escala internacional se realizó en marzo de 1911.
El Día de la Mujer, una fecha para reafirmar los principios del marxismo leninismo sobre la emancipación de las mujeres
La huelga de las obreras tejedoras y modistas de Petrogrado, declarada el 8 de marzo (16 de febrero de acuerdo al calendario ruso) se constituyó en el detonante de la revolución bolchevique. Este hecho histórico ratifica la tesis de nuestro Partido de que la “mujeres trabajadoras son protagonistas de la revolución”.
Las mujeres de las clases y sectores explotados, por soportar una triple carga de trabajo y por las distintas formas de opresión que les impone el capitalismo, “tienen sobradas razones para convertirse en una fuerza vital para el triunfo de la revolución y el socialismo en el Ecuador y en el mundo”
La potencialidad de las mujeres no es ajena a las pretensiones de las fuerzas reaccionarias y de la socialdemocracia que trabajan persistentemente por capitalizar su descontento. En este sentido, es importante tomar en cuenta que Correa ha priorizado su política asistencialista para las mujeres más pobres del país y exhibe como logros de la “revolución ciudadana” la entrega de bonos y otras acciones de igual naturaleza en la salud y la educación. Por ello, es imprescindible, calificar el trabajo de los revolucionarios entre las mujeres. Para que este sector que es la mitad de la población, tome conciencia de que no es posible que conquiste la igualdad en el marco del capitalismo y que la equidad de género y el reconocimiento a sus derechos, solo es posible en la sociedad socialista, en la Patria dirigida por los de abajo, por los trabajadores hombres y mujeres.
*Presidenta nacional de la Confederación de Mujeres Ecuatorianas por el Cambio - CONFEMEC

miércoles, 27 de febrero de 2013

El correísmo ha afectado la capacidad de reacción de las masas



Por Guido Proaño A. | Especial para la revista Rupturas


Las elecciones del pasado 17 de febrero darán que hablar por mucho tiempo y serán tomadas como punto referencial en análisis futuros. Los motivos están a la vista: 1) por vez primera en el país una persona logra una tercera elección presidencial consecutiva;  2) la gran representación parlamentaria alcanzada por una sola fuerza política; 3) la bancarrota que los resultados podrían provocar en algunos partidos; y, 4) el efecto psicopolítico que las elecciones  tendrá aún más en las masas, que ya se manifestó en este proceso. Este último aspecto, por sus connotaciones estratégicas, podría convertirse en el elemento principal.
Es un error buscar respuesta a lo ocurrido reduciendo el análisis al comportamiento y discurso utilizados por sus actores en los 45 días de campaña y en unos pocos meses previos. Desde hace 6 años el Ecuador vive un fenómeno político que debe ser considerado en el análisis a fin de contar con una perspectiva amplia.
Su trascendencia radica en que es el causante de cambios en la conducta de diversos sectores sociales, como consecuencia de una acción gubernamental que combina: una gran obra material y una renovación institucional que crean la ficción de que vivimos un verdadero cambio social, cuando en realidad en el país se opera una modernización capitalista; el aprovechamiento de los recursos estatales para una gestión asistencialista cada vez más amplia; el ejercicio de una política de fuerza que incorpora la amenaza, el chantaje y la represión directa que ha provocado la inflexión del movimiento popular y el amortiguamiento de las reacciones aún en los sectores que apoyan al correísmo[1]; y, el impulso de una enorme y sistemática ofensiva ideológico-política que ha resultado exitosa para sus propósitos.
Esos elementos desarrollados durante estos años constituyen la base para el triunfo del correísmo; para las fuerzas de oposición resultaba prácticamente imposible revertir en 45 días de campaña lo que durante 6 años ha dicho y hecho el gobierno.
Planteado así el problema queda claro que las fuerzas actuantes en este proceso lo hicieron en condiciones de total inequidad, pero no es la única demostración de ello. En boca de algún personaje correísta se escuchó decir que “cuando se tiene el poder en la manos hay que ejercerlo”, y no queda duda que lo ejercieron para asegurar que los resultados electorales sean mayores que los votos obtenidos.
Con previsión, y con 12 meses de anticipación, impusieron un sistema de distribución de escaños que más favorecía a su condición de primera fuerza política: el método D’Hont. El que anteriormente fue declarado anticonstitucional por ser antidemocrático y que haya sido utilizado por la partidocracia (a la que dicen aborrecer) poco les importó.
En las circunscripciones electorales más pequeñas, con el método D’Hont la fuerza política más votada concentra los escaños en disputa. En el distrito 1 de Quito, por ejemplo, con el 45% de votos  Alianza País se llevó el 75% de puestos.
Otro ejemplo de lo antidemocrático de ese sistema se aprecia en la siguiente comparación: en las elecciones de 2009, el partido de gobierno obtuvo el 45,86% de votos  y le correspondió el 43% de puestos en la Asamblea; pero ahora -con los datos que se conoce al momento- AP obtendría el 51,8% de la votación, sin embargo su bancada llegaría al 70% de asambleístas.
Si a ese antidemocrático sistema de distribución se suma la conducta totalmente parcializada del Consejo Nacional Electoral con las candidaturas del gobierno, tienen razón aquellos sectores que califica a este como un proceso fraudulento.
El voto del correísmo y otros resultados
Apoyado en su capacidad de manipulación y desfiguración de la realidad, tras las votaciones del día 17 el correísmo ha emprendido una campaña que tiene como propósito difundir la idea de que Alianza País tiene una fuerza superior a la que en realidad posee. Para ese propósito, profusamente divulga el número de asambleístas obtenidos y, por otro lado, esconde un parámetro fundamental para el análisis electoral como es el ausentismo.
De cómo obtuvieron una gran bancada parlamentaria ya expusimos líneas arriba, ahora miremos cómo distorsionan su caudal electoral al obviar el número de ecuatorianos que no fueron a sufragar.
De acuerdo a la información del Consejo Nacional Electoral, el número de electores en la elección del 17 fue de 11’675.441; de ese universo, cuando el CNE tenía escrutadas el 99,35% de actas, a Rafael Correa le correspondían 4’882.494 votos, lo que representa el 41% de los ecuatorianos en capacidad de votar. Sin embargo la propaganda gubernamental promociona con intensidad su triunfo con el 57% y en cuanto a las listas habla del 52%, cuando en realidad le correspondería el 37%.
En cuanto al componente social, su votación proviene de todos los sectores, es decir, de los sectores más enriquecidos y los más empobrecidos, pasando por las capas medias. Los primeros, igual que los sectores medios, aunque reniegan del autoritarismo y la prepotencia, se sienten a gusto con el gobierno porque les ha dado estabilidad y les ha garantizado altas tasas de utilidad en sus empresas; los segundos, están contentos con la política asistencial y tienen miedo de perder beneficios como el bono de la pobreza, el kit agropecuario, etc.
Pero no solo el pragmatismo anima a un sector de los ecuatorianos a votar por Correa y sus listas; también hay quienes han sido ganados por el discurso que habla de un proceso revolucionario en marcha y se encuentran entusiasmados con ello.
Un importante sector de ecuatorianos, particularmente en la costa, que tradicionalmente votaba por la derecha ahora está con Correa, lo cual no significa que hayan experimentado un cambio en su concepción política. Lo hacen, en su gran mayoría, por ese pragmatismo del que hemos hablado.  A su vez, Correa mantiene cautivo una parte del electorado que hasta antes de su aparecimiento siempre se orientó por la izquierda y la denominada “centro-izquierda”.
En estos años, Correa ha perdido electores pero también ha tenido la capacidad de cosecharlos en otros frentes.
Ese cruce también está presente en la votación obtenida por Guillermo Lasso. Los cerca de 2 millones de ecuatorianos que votaron por él no son mayoritariamente personas que profesen o se proclamen de derecha. Lasso consiguió electores de todo el espectro antigubernamental, inclusivede la Coordinadora de Izquierda. Votaron por él porque tuvo la capacidad de mostrarse como un candidato fuerte, en condiciones de llegar a la segunda vuelta. El voto útil, por él mismo promovido le dio resultados, aunque no los suficientes.
Con ese caudal, y con la “mano” que el mismo Correa le dio para erigirle como interlocutor, Lasso se presenta ahora como cabeza de la oposición.
¿Qué ocurrió con las izquierdas?
La izquierda creó muchas expectativas, superó obstáculos que el correísmo atravesó en su camino y dio respuesta a su fragmentación constituyendo la Coordinadora Plurinacional.
La candidatura de Alberto Acosta era la mejor que la izquierda podía presentar… pero no creció. La Coordinadora no tuvo la capacidad de transmitir un mensaje que le presente como alternativa y, por lo tanto, sectores que en un inicio la miraban como opción la abandonaron.
“Politólogos” y otros analistas, coincidiendo con el correísmo, “criticaban” que Acosta se alíe con el MPD y la Conaie porque le quitarían votos, pero la lectura de los resultados dice lo contrario. Las listas nacional y provinciales de la unidad de la izquierda tiene mayor votación que Acosta. El MPD y Pachakutik no restaron, aportaron.  Y hay un elemento poco visible hacia afuera, Acosta, sin la estructura organizativa del MPD, no hubiera podido llevar la campaña como lo hizo.
Salta una preocupación. ¿Por qué la izquierda no pudo sostener todos sus electores y permitió que algunos vayan a respaldar a otras tiendas políticas? Este es un grave problema porque deja al descubierto las limitaciones en su trabajo de politización de las masas, en su capacidad organizativa y en el grado de penetración en el movimiento social.
La izquierda sufrió una dura derrota y necesita realizar una profunda y multilateral evaluación no solo de su participación electoral, sino de su trabajo en general.
La acción electoral es una parte del quehacer político de las fuerzas de izquierda y no su razón de ser, y como desarrolla una acción política permanente tiene mejores condiciones para su recuperación. Debe encontrar los mejores mecanismos para hacerlo.
El Ecuador se apresta a iniciar el tercer período del correísmo, fenómeno inédito en la vida política de los últimos 30 años. Correa fortalece el control institucional que ya poseía y tiene óptimas condiciones para aplicar su proyecto político, pero lo que más preocupa es el estado de relativo aletargamiento de las masas al que les ha llevado la ofensiva ideológica del gobierno. El reto es ponerlas en movimiento y con un proyecto político verdaderamente de izquierda 

[1] Esa conducta pudo apreciarse en el desarrollo de la campaña electoral. Muchos han calificado a ésta como ‘atípica’ por la falta de entusiasmo en las masas. Podría decirse que en los sectores anti correístas esa falta de entusiasmo se debe al temor de ser reconocidos y sancionados; pero por qué también esa apatía o poco entusiasmo en las masas correísts, por ejemplo, al paso de sus candidatos. ¿Es que esa imagen de invencibles, creada por la propaganda gubernamental, en cierto sentido inhibe también a quienes los apoyan?